Óscar Ramos | León 30/03/2009

Desde el curso 2007-2008, en el IES “Juan del Enzina” hemos adoptado como método de enseñanza del latín el llamado LINGVA LATINA PER SE ILLVSTRATA. Conocí la existencia de este método hace algunos años (la lectura de un artículo [1] del profesor italiano LUIGI MIRAGLIA fue un aldabonazo) pero no creí en sus posibilidades reales de empleo en mi centro –o, para ser más exacto, en España- hasta que comprobé que había algunos colegas que se hallaban ya empeñados en su uso.

Contacté con Antonio González Amador, profesor de latín del IES “Sierra Nevada”, de Fiñana, en Almería, y con Emilio Canales Muñoz, que lo es en el IES “Cerro Milano” de Alhama, también en Almería, profesores ambos que han sido quizá los pioneros en la difusión de la nueva metodología en España. Tras conocer su experiencia, perdí el temor que podía quedarme, y decidí que ya en el siguiente curso arrancaríamos con ella en el “Juan del Enzina”.

¿Qué tiene de especial este método? Pues que presenta a los alumnos el latín como lo que realmente es, una lengua, que no sólo puede, sino que debe ser usada, tanto de forma oral como escrita. Se trata de una metodología creada ya en los años 50 del siglo pasado por el filólogo danés Hans H. orbeg, que contó con la colaboración de los más ilustres filólogos clásicos del momento, en la idea de utilizar los principios del llamado método natural, entonces en uso incipiente para el aprendizaje de las lenguas modernas, también para la enseñanza y aprendizaje de la lengua latina.

Se trata de aprender latín con el latín. Por ello se busca sumergir desde el principio al alumno en la lengua, leyendo continuamente en latín, hablando en latín, mostrando al latín como una lengua habitual de uso, no solamente como una colección de reglas gramaticales cuyo única utilidad sea la de traducir textos, habitualmente –además– referentes a realidades bastante alejadas de los intereses e inquietudes de los alumnos.

En esta metodología, que dista mucho de ser nueva en Europa y Estados Unidos, la gramática ocupa un papel importante e imprescindible, pero es siempre considerada como recurso necesario, nunca como finalidad en sí misma, mientras que se concede una relevancia definitiva a aspectos hasta ahora bastante relegados, si no olvidados: la abundancia de vocabulario y el uso activo de la lengua tanto en su forma oral como escrita.

Los alumnos comprenden, desde el primer momento, que el latín no es, como quizá han podido oír a otros compañeros veteranos, un conjunto de sistemas morfológicos y sintácticos, como trucos para resolver un crucigrama, donde lo que menos importa es qué signifique el texto y qué calado pueda tener, sino sólo si está correctamente traducido. Comprueban que se pide de ellos lo mismo que se pide a los que se inician en inglés o alemán, por ejemplo: que sean capaces, poco a poco, de expresarse y usar lo que van conociendo para empleo personal.

Para ello, en el método todo se va ilustrando poco a poco por sí mismo (LINGVA LATINA PER SE ILLVSTRATA…), de manera que los alumnos van entendiendo el texto con la ayuda de imágenes y situaciones significativas y contextualizadas SIN NECESIDAD DE TRADUCIR PARA ENTENDER. No es finalidad declarada del método conseguir que los alumnos sean capaces de hablar latín, pero lo que los alumnos de otras lenguas modernas hacen por motivos evidentes (poder usar la lengua con personas que también la utilizan) en el caso del latín halla su explicación en el hecho irrefutable de que una lengua sólo se conoce realmente cuando se hace uso personal de ella en la vida cotidiana. Negamos, pues, que saber gramática se identifique con saber una lengua. Es más, se puede incluso dudar de que lo que hacen nuestros sufridos alumnos de latín, con el método tradicional, sea realmente traducir: se parece demasiado a resolver un acertijo o descifrar una contraseña.

Ya somos más de doscientos los centros en toda España que utilizamos este método, entre ellos varias universidades. Y el número de partidarios va en aumento continuamente. Pero España no es un caso especial: en Italia, por ejemplo, más de 20.000 alumnos lo emplean. En Estados Unidos el latín conoce actualmente una floración y una demanda de tales proporciones, que a duras penas se encuentran suficientes profesores. Y esta metodología contextual-inductiva no es ajena a ello.

En León varios profesores y profesoras utilizamos ya este método, y recientemente hemos constituido –signo también de la vitalidad del latín- el CIRCVLVS LATINVS LEGIONENSIS, hermano de otros muchos que se reparten por todo el orbe de las tierras, y que tiene como misión reunir de forma periódica a todo tipo de personas que gusten de charlar en latín sobre lo que apetezca durante un par de horas[2].

Basta echar un vistazo por Internet para darse cuenta de la salud y vitalidad de la que goza la antigua lengua del Lacio: publicaciones periódicas (diarios, revistas…) emisoras de radio y televisión, blogs, wikis,…todo ello confeccionado y transmitido en latín de buena calidad, y sólo en latín.

Ahora más que nunca aquella vieja frase el latín es una lengua muerta resulta particularmente mendaz e inapropiada. ¿Cómo convencer a mis alumnos de que está muerta la lengua en la que me dirijo a ellos (non satis bene…) en clase -y por los pasillos- cada día…y en la que ellos mismos intentan (y muchos lo van consiguiendo) dirigirse a mí siempre que pueden…?

Los muertos que algunos matan gozan de buena salud…o ¿es que el latín ya no es lo que era? Quizá nunca fue eso que durante tiempo, demasiado tiempo, nos vendieron…eso de rosa rosáe y la guerra de las Galias. Quizá llegó el momento de dejar de hablar del latín y empezar a hablar en latín. Audentis Fortuna iuvat![3] ¿Alguien más se anima?

Óscar Ramos, Catedrático de latín IES “Juan del Enzina”
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[1] “Cómo (no) se enseña el latín” publicado en la revista Micromega, numero 5 del 1996.
[2] Nos reunimos en el IES “Juan del Enzina” los lunes, cada quince días, a partir de las 18’45. Para la próxima reunión, que será este lunes día 16 de marzo, queda invitado todo aquel que lo desee.
[3] VIRGILIO, “Eneida” libro X, verso 284


MÁS INFO:

  • Curso ‘Lingua Latina per se illustrata’ en CulturaClasica.com
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