www.estudiosclasicos.org 06/04/2013
Desde la asociación Somos de Clásicas se está promoviendo la difusión y conocimiento del llamado Informe Pradeau sobre la situación actual de las Humanidades. Reproducimos aquí también el texto que ellos han preparado, por ser del máximo interés.
Las Humanidades, en el núcleo de la excelencia académica y profesional
El Centro de Análisis Estratégico (CAS) es una institución francesa, dependiente del primer ministro, que tiene como misión sugerir al gobierno determinadas orientaciones en materia económica, social, medioambiental o tecnológica. El pasado 1 de marzo publicó un estudio, dirigido por el profesor Jean-François Pradeau, profesor de filosofía en Lyon, titulado “Las Humanidades, en el núcleo de la excelencia académica y profesional. Pistas para la enseñanza de la lengua, la cultura y la recepción de la Antigüedad”. Este estudio señala la importancia de las Humanidades, justamente cuando el latín y el griego son marginados y abandonados por una gran mayoría de los estudiantes y sus familias. El documento es breve, preciso e incisivo, como corresponde a los buenos humanistas.
El documento de trabajo del CAS sitúa las Humanidades en “el núcleo de la excelencia académica y profesional”, a pesar de que las lenguas clásicas y la Antigüedad grecolatina sólo sean estudiadas por uno de cada veinte alumnos de Bachillerato. No obstante, la realidad es que las sociedades europeas siguen sintiéndose herederas de la Antigüedad grecorromana. Por otra parte, no faltan empresas que han cobrado conciencia de la destacada capacidad de jóvenes profesionales formados en el rigor literario y lingüístico de los saberes clásicos: porque son cultos y metódicos, se adaptan mejor a unos trabajos cada vez más cambiantes.
Un análisis reciente del Departamento de Clásicas de la Universidad de Oxford, recuerda que “los empleadores aprecian cómo los estudios clásicos favorecen un desarrollo intelectual pluridisciplinar y hacen posible una gran flexibilidad de pensamiento. En una época de rápidas transformaciones sociales y económicas, la capacidad de reaccionar y adaptarse a los cambios menos perceptibles hace de los estudiantes de Clásicas los graduados que más necesitan las empresas: diplomados que disponen de una capacidad de adaptación y de aprendizaje sin comparación”. De hecho, los centros educativos que han fomentado la opción por las Humanidades ven reconocido hoy su carácter de excelencia a través de colaboraciones originales entre empresas y universidades. En esa línea se inscribe el éxito – descrito en el informe del CAS – de la “operación Fénix”, lanzada en 2006 por Serge Villepelet, presidente de PwC Francia: vinculó a universidades y empresas para proporcionar cada año puestos ejecutivos a estudiantes de máster en letras y ciencias humanas, sin previa formación financiera o de gestión. La operación ha sido un éxito y 165 diplomados de un máster de este tipo han sido contratados por las empresas que participan en esta iniciativa. Por otra parte, en un mundo en que prevalecen los servicios y la información, con mucho tiempo de lectura diaria ante la pantalla, las empresas son conscientes de que la escritura resulta esencial: quieren colaboradores que sepan escribir y pensar con rigor lo que escriben; la formación en letras, por tanto, es indispensable.
El documento de trabajo del CAS sugiere algunas pistas para dar a conocer y desarrollar la inserción de la cultura clásica en la formación del alumnado. Se trata de mostrar cómo las Humanidades potencian el aprendizaje escolar de las lenguas europeas, cómo siguen siendo la raíz de la cultura nacional y europea y, en fin, cómo son valiosísimas para la formación rigurosa de jóvenes llamados a desempeñar oficios variados.
El fundamento profundo de los saberes clásicos
El autor principal del informe recuerda que las Humanidades no son en sí un conocimiento literario; ni siquiera un saber específico: son ante todo un marco, una actitud de fondo, que afecta a la forma en que percibimos la vida en cada momento. A su juicio, necesitaríamos hoy, salvando las distancias, algo semejante al Renacimiento, que volvió a la literatura y la filosofía antiguas para crear una nueva Modernidad sobre el sustrato del Medioevo. Para que haya Humanidades, hace falta que la relación con la Antigüedad tenga un interés intelectual y moral para el hombre de hoy. Y lo tiene, independientemente de las cifras sobre la enseñanza de latín y griego en los liceos franceses. Conocer el griego, el latín, la historia o la filosofía antiguas nos ayuda a ser lo que queremos ser ahora. Por todo esto se multiplican películas y series de televisión sobre temas de la Antigüedad: se buscan “respuestas y modelos, modos de vida, virtudes, vida ciudadana, comportamientos heroicos”. Y se acude a la Antigüedad, “porque se sabe que se van a encontrar”.
Latín o griego como segunda lengua
Según reconoce el informe, con datos oficiales, los poderes públicos no han favorecido las disciplinas clásicas en los últimos años: “considerada elitista y pasada de moda, la enseñanza de las lenguas antiguas ha sufrido con relativa agresividad el impacto de la democratización de la enseñanza secundaria y de las políticas de modernización sucesivas. Considerada innecesariamente costosa, se vio fuertemente afectada por las políticas de racionalización de la oferta educativa”. La consecuencia final es que en colegios y liceos generales, “el latín se ve reducido al estatuto de material opcional”. No recibe el trato de disciplina fundamental, ni siquiera en el bachillerato de letras.
Una posible opción, como en Alemania, sería permitir que en colegios y liceos se pudiera elegir latín o griego como segunda lengua, no solo en la orientación de letras. De hecho, en Francia, aunque parezca paradójico, el 65 % de los alumnos de bachillerato que eligen hoy latín son de ciencias (frente al 17 % de letras).
FUENTE: http://www.estudiosclasicos.org/el-informe-pradeau-sobre-humanidades