www.terra.es 22/04/2009
El historiador y arqueólogo Martín Almagro-Gorbea ha recordado el principal origen celta del actual País Vasco, y ha advertido de que «no existe ningún pueblo puro en la historia de la humanidad» debido al continuo intercambio de «lenguas y genes» a lo largo de los siglos.
«Las razas no son estáticas, son evolutivas en el tiempo y en el espacio», ha explicado Almagro-Gorbea, académico de la historia, doctor y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, antes de pronunciar su última lección como titular de la Cátedra Luis García de Valdeavellano, auspiciada por los Duques de Soria y adscrita a la Universidad de Valladolid.
«A propósito del origen de los vascos», lema de la conferencia, el catedrático ha recordado que en Euskadi «no se ha hablado vasco durante la prehistoria», y que antes de la aparición de esa lengua en esa comunidad autónoma se habló el latín y la forma celtíbera».
La creencia de que el vascuence es una lengua que ya se utilizaba durante la prehistoria «es un mito que procede de la tradición erudita de los siglos XVI y XVIII, y que luego se adoptó como un axioma científico».
Martín Almagro-Gorbea, de origen alavés en el Valle de Ayala, ha refutado el «mito» de que la cultura vasca sea unitaria y única en la lengua y en la raza, como defienden quienes a su juicio «lo instrumentalizan» para imponer el euskera.
La «vasconización» u ocupación de la actual comunidad autónoma del País Vasco comenzó y culminó durante la dominación romana en España merced a gentes procedentes de la Aquitania francesa y del pirineo navarro, y en su evolución han tenido que ver territorios adyacentes como son los de la meseta castellana, el Valle del Ebro y Francia misma, según ha explicado.
Los mitos «son muy bonitos y hay que conservarlos y cuidarlos, pero no debemos contar lo que no es», ha precisado el académico antes de poner como ejemplo el del Arbol de Guernica, «que es de origen celta, pero no por eso va a dejar de ser vasco». El árbol, como símbolo o emblema de un lugar de asamblea, «es de origen celta y está muy bien documentado. Es la representación del Dios Zeus bajo cuya voluntad los celtas celebraban sus reuniones», ha añadido.
En la misma línea, Martín Almagro-Gorbea se ha referido a la presencia de numerosos nombres de ríos, como el Deva (diosa), de montes y ciudades vascos que delatan su raíz celta.
No ha obviado el historiador el episodio de los hallazgos arqueológicos de hace casi tres años en la zona de Veleia, cerca de Vitoria, consistente en más de un centenar de tablillas de cerámica con presuntas inscripciones epigráficas en vascuence, y que luego resultaron ser falsas.
«Sería para echarse a reír si no existiera el drama humano que hay detrás y que deforma la mentalidad de la gente», ha insistido sobre la utilización de la historia y la ciencia con fines políticos impositivos.