Magí Camps | Barcelona www.lavanguardia.com 18/06/2012

Nace otra fobia, la nomofobia, palabra que no se entiende a la primera.

El martes, el Urban Dictionary envió a sus suscriptores la palabra telephobia. Si la analizamos a partir del griego clásico, sería la aversión a distancia, lo cual no quiere decir lo que realmente significa, aunque a buen seguro que tarde o temprano acabará habiendo una fobia a distancia (si es que no existe ya).

Las palabras formadas con tele hacen referencia a la lejanía: teléfono (voz a distancia), teletransportador, telecomunicación… A partir de la televisión, ha triunfado el abreviamiento tele, que también se ha empleado para componer nuevas palabras: telefilme, teleclub, telediario, telegenia, telemaratón, telebasura…

Sin embargo, es sorprendente que la telefobia mencionada no sea aversión a la televisión, sino a hablar por teléfono; así la describe el Urban Dictionary. El fenómeno no es moderno, porque desde su aparición el teléfono ha levantado pasiones, pero también odios, acentuados por el alud del móvil. Una vez aprendida la palabra, no habrá ningún problema de comprensión, pero mientras tanto hay que hacer un esfuerzo para no pensar en la televisión.

En cualquier caso, la fobia de moda, la última bautizada popularmente, no es esta, sino la nomofobia. De entrada, podemos deducir que se trata de una aversión a los nombres, porque ya tenemos otras palabras que contienen elementos compositivos a partir del griego ónoma, como topónimo (nombre de lugar), antropónimo (nombre de persona), anónimo, sinónimo, seudónimo, onomatopeya, onomástica… Pero no es el caso.

Hay otra palabra compositiva que nos viene del griego, nomos, que aunque se puede confundir con la anterior, tiene otro sentido: ley, costumbre. Aparece como sufijo en palabras como gastronomía (las leyes o costumbres de la cocina), astronomía (las de los astros), taxonomía (la clasificación de los animales y las plantas), economía (literalmente, las leyes que rigen la casa), agronomía (la ciencia del cultivo de la tierra)… Pero, a pesar de todo, aún no hemos tocado hueso, porque la nomofobia tampoco es una aversión a las leyes.

Hay que recurrir al eje anglo-griego para saber de qué se trata: -fobia es la aversión de los griegos -aquí no hay trampa-, pero nomo- es un acrónimo a partir del inglés non-mobile, es decir, el miedo de dejarse el móvil en casa y pasar unas horas, unos minutos, unos instantes, sin ese apéndice que se ha convertido en imprescindible para muchos seres humanos. El griego más clásico no hace ascos a convivir con el acrónimo del inglés más moderno y acabará triunfando. No lo duden.

FUENTE: http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20120618/54313877872/magi-camps-el-eje-anglo-griego.html