National Geographic www.nationalgeographic.com.es junio 2013

¿Por qué sucumbieron los centros palaciegos micénicos alrededor del año 1200 a.C.? Un equipo germano-griego está comprobando si Tirinto fue destruida por un terremoto.

En el Canto II de la Ilíada, que según recientes investigaciones fue recopilada en el siglo VIII a.C., hay una referencia a Tirinto y a sus poderosas murallas. Es decir, en los antiguos relatos épicos griegos ya se ensalzaban las murallas de Tirinto e incluso su construcción fue atribuida a los míticos gigantes. El viajero e historiador griego Pausanias visitó sus ruinas en el siglo II d.C. y destacó que las murallas eran los únicos restos de la antigua ciudadela que quedaban en pie. Pausanias explica que un par de mulas no podrían haber movido ni siquiera la menor de las piedras usadas en la edificación, que sólo los cíclopes pudieron haber levantado las colosales piedras, que no estaban labradas. «Describe con bastante acierto la técnica constructiva ciclópea, que de hecho consiste en colocar enormes bloques de piedra con pequeñas piedras en los intersticios. Estos bloques, algunos de los cuales pesan más de diez toneladas, no están completamente en bruto, sino que fueron tallados. En este sentido, Pausanias estaba equivocado, simplemente quería expresar su asombro ante el tamaño y el peso de estos bloques», explican los arqueólogos Joseph Maran y Ursula Meinhardt a Historia National Geographic. Joseph Maran, de la Universidad de Heidelberg, es el director de las excavaciones en Tirinto, un proyecto del Instituto Arqueológico Alemán, en las que también participa Ursula Meinhardt. «El grosor de la muralla es variable, pero tiene un promedio de 7,30 metros. No es posible conocer su altura original, pues en ningún punto se ha conservado la muralla fortificada en su máxima altura. En la entrada principal, en el lado este de la ciudadela alta, la muralla tiene siete metros de altura en la fachada interior, pero se considera que es la altura mínima. El recinto tiene una longitud total de 350 metros», añaden.

La desaforada magnitud de las murallas de la antigua Tirinto, emplazada en un otero de la Argólida, da una idea de la importancia que debió tener la ciudad en época micénica. Las tumbas de fosa de Micenas, y sus lujosos ajuares, han revelado la presencia de una élite poderosa que ya ocupaba esta fortaleza en los siglos XVI y XV a.C. En cambio, todavía se desconoce la función que pudo tener Tirinto en esa época, ya que fue a partir del siglo XIV a.C. cuando se transformó gradualmente en un centro palaciego. ¿Qué ocurrió alrededor del año 1200 a.C.? ¿Por qué colapsaron los centros palaciegos micénicos? ¿Acaso se produjo un asalto, una invasión o una rebelión? ¿Por qué decayeron también sus sistemas políticos?

«Se trata de un fenómeno sorprendente en toda la Argólida y más allá que todavía requiere más investigación. Una conflagración destruyó el palacio de Tirinto, mientras que las casas de la ciudadela baja parecen haber sido destruidas pero sin que se haya observado el impacto de un fuego. La pregunta crucial es: ¿ocurrió esto en un momento determinado o durante un período corto de tiempo? El arqueólogo Klaus Kilian reconstruyó, a partir de sus observaciones durante los años setenta y ochenta, un suceso repentino causado por un desastre natural. Esta hipótesis se está investigando actualmente, pero hasta ahora es una mera conjetura arqueológica que todavía no ha sido probada por las ciencias geológicas», observan los arqueólogos alemanes.

Eso es precisamente lo que están intentando comprobar los geocientíficos Klaus-G. Hinzen, de la Universidad de Colonia, y Sharon K. Reamer, que desde septiembre de 2012 forman parte del proyecto Heracles, junto a Joseph Maran, Ursula Meinhardt y un equipo germanogriego. «La teoría según la cual los muros de la ciudad se derrumbaron como consecuencia de un terremoto no es nuestra. En el proyecto Heracles somos completamente neutrales respecto a las causas que provocaron el deterioro de la ciudad. Fue Klaus Kilian quien planteó la hipótesis del derrumbe causado por un terremoto, que se basa principalmente en sus observaciones en las partes afectadas de las murallas e inventario en la ciudadela baja de Tirinto. Uno de los objetivos del proyecto consiste en probar esta hipótesis con los métodos y modelos de la ingeniería sísmica, que hasta la fecha nunca se ha intentado», explican Klaus-G. Hinzen y Sharon K. Reamer a Historia National Geographic. «Kilian planteó la hipótesis de que los daños en los edificios palaciegos fueran debidos a movimientos sísmicos del suelo, pero los daños en los muros ciclópeos pudieron haber ocurrido más tarde de finales de la Edad de Bronce. Así que queda una pregunta por responder: ¿Puede un terremoto destruir la mayor parte del palacio, pero dejar prácticamente intactos los muros fortificados?», reflexionan.

Los investigadores están analizando los restos de edificios y murallas para comprobar la hipótesis de la destrucción de Tirinto y Midea como consecuencia de uno o varios terremotos. «Hemos empezado con un escaneado láser en 3D en una pequeña sección del muro. Sin embargo, la mayor parte de este trabajo está programada para este verano; todavía es muy pronto para extraer conclusiones», indican los geocientíficos.

FUENTE: http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/actualidad/8301/colapso_tirinto.html