EFE 18/10/2006
Las autoridades arqueológicas de Egipto estudian construir un museo submarino en la costa mediterránea de la ciudad de Alejandría para mostrar piezas sumergidas, en su mayoría de palacios, templos y avenidas de la época grecorromana.
El experto egipcio más prestigioso en arqueología sumergida, Ibrahim Daruich, explicó que el estudio del proyecto es llevado a cabo por eruditos egipcios y extranjeros a través de varias comisiones.
Una vez concluidos los estudios, la ejecución del plan será propuesto a compañías extranjeras especializadas. Sin embargo, todavía no hay fechas definidas para el proyecto, ni tampoco ha quedado elucidado cuál será la financiación del futuro museo.
A principios del pasado julio, expertos egipcios y extranjeros se reunieron en Alejandría y debatieron esta original iniciativa, que cuenta con algunos ejemplos parecidos en el mundo mediterráneo. «En ese seminario, todos convenimos la necesidad de construir el museo en la zona costera donde se encuentra la Biblioteca de Alejandría, para mostrar a las actuales y futuras generaciones los vestigios de la civilización grecorromana», indicó Daruich.
Subrayó que las comisiones estudiarán el grado de visibilidad, contaminación, los segmentos y la intensidad de las corrientes marinas en la zona donde se proyecta erigir el museo.
«Entre las ruinas arqueológicas sumergidas más importantes destacan varios palacios, entre ellos el de las Meditaciones, del militar y político romano Marco Antonio y el de Cleopatra, destruidos por los terremotos que sacudieron la región en los siglos IV, VII y XIV», recordó el experto.
Dijo que ante el proyecto del museo, se ha suspendido la extracción de las enormes piezas del mar, que habían comenzado en los últimos años, y ahora sólo son recuperadas las pequeñas como monedas y vasijas, entre otros.
«Entre 1994 y 2002 hemos sacado del mar más de 600 antigüedades, cifra que sólo representa un dos por ciento de los vestigios de las 35 ciudades que el geógrafo griego Estrabón registró en el mapa que hizo de la zona, cuando visitó Egipto el año 450 a.C.», señaló Daruich.
Destacó que de esas ciudades hasta ahora sólo han sido descubiertas tres: Minutis, Canop y Heraklion, además del barrio de la realeza de la dinastía Ptolomea. Esas localidades fueron fundadas hace más de 2.400 años como puertos comerciales y puntos avanzados para proteger al país de los asaltos extranjeros.
Algunos arqueólogos egipcios no ven con buenos ojos la idea del museo submarino, como es el caso del ex decano de la Facultad de Arqueología de la Universidad de El Cairo, Ali Raduan, quien apunta razones de orden práctico. «Esos lugares están esparcidos en una zona de más de 30 kilómetros de largo», recalcó Raduan en declaraciones a Efe.
Asimismo, el arqueólogo advirtió de los cuantiosos gastos financieros que requerirá la construcción y mantenimiento del museo, y de los riesgos que supone la zona donde se planea ubicarlo por los remolinos y corrientes marinas, y por hallarse dentro de una región sísmica.
«Debido a todo eso, yo propongo que los turistas visiten esa zona arqueológica en minisubmarinos de cristales, que zarparían desde un museo que ha de construirse en la costa, y que sirva para exhibir las piezas pequeñas», concluyó Raduan.
Qué duda cabe que la mítica Alejandría, tan venida a menos en los últimos cien años, tiene todavía muchos tesoros escondidos que recuerdan el esplendor de su pasado.