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«El lector que no admira un libro bueno es que lo ha leído mal». Esta frase del filósofo, periodista y profesor francés Émile-Auguste Chartier Alain podría resumir perfectamente el interés que nos ha movido a realizar y presentar a los lectores, sobre todo más jóvenes, esta edición de Edipo rey y Antígona, dos obras de todo un clásico de la Literatura Universal como Sófocles.

Se trata, en realidad, de una edición escolar. Escolar en el sentido de que está pensada y dirigida para los chicos y chicas que en el presente llenan y en el futuro llenarán las aulas de los institutos de secundaria y de los primeros cursos de universidad. Chicos y chicas que precisarán satisfacer unas necesidades vitales y que, bien por indicación de sus profesores o bien por iniciativa propia, se acercarán a catar los sabrosos frutos que desde hace más de 2500 años llevan produciendo en tantos y tantos millones de espectadores y lectores la tragedia griega en general y Edipo rey y Antígona en particular.

Sin embargo, el hecho de que esta edición de Edipo rey y Antígona se presente con el membrete de «escolar» en absoluto puede hacernos llevar al equívoco de que se trata de una adaptación de las dos obras sofocleas. Más bien todo lo contrario: Edipo rey y Antígona se ofrecen al lector en versión íntegra y sin merma o relajamiento en lo que al rigor académico se refiere. La diferencia, por tanto, con respecto a otras ediciones ya presentes en el mercado editorial estaría exclusivamente en la forma de presentar los contenidos, motivada, como ya se ha señalado, por el tipo de destinatario a quien va dirigida.

En este aspecto, cuatro son las novedades que presenta esta edición. En primer lugar, se ha efectuado una traducción en prosa que intenta ser fiel casi al 100% al original griego, sin que se pierda información por el camino, pero lo más cercana a los tiempos actuales, con un vocabulario más asequible y una sintaxis menos compleja. Toda ella, además, acompañada por un extenso y minucioso aparato de notas concebido no tanto para el especialista de la literatura y culturas clásicas como para toda aquella persona que desea transformar en un instrumento de cultura y saber lo que sus ojos leen.

En segundo lugar, toda la información recogida en la parte introductoria que precede a la traducción de Edipo rey y Antígona se presenta a los lectores de un modo eminentemente didáctico. Para ello hemos utilizado un género tan de moda en el periodismo como es la infografía. Pensamos que la infografía puede convertirse en el gancho perfecto para entrar en el texto, motivando su lectura, y para generar incluso nuevas necesidades informativas en los lectores, lo que sin duda les ayudará a adquirir todos conocimientos previos necesarios para entender el verdadero alcance significativo de estas dos tragedias sofocleas. En total, casi una docena de sugerentes infografías podrá auxiliarles en tan honorable propósito.

En tercer lugar, esta edición de Edipo rey y Antígona viene acompañada, a modo de guía de lectura, de una serie de propuestas didácticas distribuidas en varios niveles: básico, intermedio y avanzado. El nivel básico va dirigido a lectores con una edad comprendida entre 13 y 15 años. Se trata de un mero ejercicio de lectura comprensiva sobre el contenido del texto. El nivel intermedio va dirigido a lectores de entre 16 y 18 años, es decir, alumnos que podrían estar cursando lo que hoy en día corresponde a 4º ESO y Bachillerato. En este caso, las propuestas didácticas tienen un marcado carácter reflexivo con el fin de interpretar y valorar críticamente el texto. El nivel avanzadova dirigido a lectores mayores de 18 años, matriculados seguramente en su inmensa mayoría en los primeros cursos de universidad. Aquí las propuestas didácticas se transforman en sugerentes ejercicios de intertextualidad donde deberá analizarse el conjunto de relaciones, principalmente temáticas y estructurales, que conectan Edipo rey y Antígona con otros textos de Sófocles o más comúnmente de otros autores de la misma o diferente época y procedencia.

En cuarto lugar, esta edición incorpora además, a modo de anexo, un índice de nombres propios con referencia a la página donde aparecen, cuya finalidad principal es facilitar el análisis y estudio de Edipo rey y Antígona a todo aquel que se acerque, por un motivo u otro, a estas tragedias griegas.
En definitiva, cuatro novedades que creemos marcan la diferencia y aportan un valor añadido con respecto a otras ediciones que ya tuvieron la fortuna de ver la luz en este mundo de hombres y dioses.

En Sófocles está todo, la vida misma. Pero solo por un mensaje como este ya merece la pena su lectura:
«La sensatez es, sin duda, la base principal de la felicidad. Tampoco conviene ser impío con los dioses. Las palabras arrogantes se vuelven contra los soberbios como castigo y les enseñan en la vejez la sensatez.»