Valencia | EFE 11/10/2006
Un equipo de arqueólogos de la Diputación de Valencia han descubierto los restos de una villa romana de la época imperial en la periferia del casco urbano de Rótova, cuya antigüedad se remonta a la segunda mitad del siglo I después de Cristo.
Valencia | EFE 11/10/2006
Un equipo de arqueólogos de la Diputación de Valencia han descubierto los restos de una villa romana de la época imperial en la periferia del casco urbano de Rótova, cuya antigüedad se remonta a la segunda mitad del siglo I después de Cristo.
Dentro de los materiales recuperados en la excavación, ha sido hallada cerámica del tipo «terra sigillata hispánica» que documenta una instalación de época imperial posiblemente iniciada en la segunda mitad del siglo I d.C., con una perduración que todavía nos es desconocida, según explicó el director de la excavación, Francisco Cisneros.
Cisneros señaló que «las labores de desmonte de terrenos realizadas para la construcción de una autovía y para la edificación de una nave industrial pusieron al descubierto las estructuras de una villa romana, en la periferia del casco urbano de Rótova».
A juicio de este arqueólogo, «el emplazamiento posee un encanto especial al estar situado en el bello paraje recorrido por el río Vernissa, afluente del Serpis».
«En las proximidades se halla el Monasterio de San Jeroni. A un centenar de metros de su emplazamiento discurría el Camino Real, antigua vía romana que enlazaba la antigua ciudad de Dianium (Dénia) con Saetabi (Xátiva) y se desplazaba hacia el oeste buscando enlazar con la vía Augusta, una de las calzadas principales del Imperio Romano que, desde Roma, bordeando el litoral mediterráneo, se adentraba en Hispania para terminar en Cádiz», explicó.
«A partir del territorio valenciano- prosiguió el arqueólogo- continuaba su trayectoria hacia el corredor de Montesa y la Font de la Figuera para adentrarse en los Llanos de Albacete».
Francisco Cisneros recordó que «las villas romanas eran fundamentalmente núcleos de explotación agraria que, además, incorporaban instalaciones de tipo industrial (pars fructuaria).
Muchas de ellas contaban con lagar para la producción de vino y almazara para la elaboración de aceite».
«Responden a un modelo productivo importado de la Península Itálica basado en el empleo de mano de obra esclava», señaló el experto.
«Las de categoría principal contaban con habitaciones dedicadas a residencia del propietario (pars urbana) e incluso con termas propias; poseían, además, alfares donde elaboraban ánforas destinadas al transporte de líquidos y producían excedentes comercializables proyectados hacia los puertos a través de las vías romanas», constató el arqueólogo. Las halladas en territorio valenciano pertenecen a la época imperial creándose a partir del siglo I d.C.
En la actualidad, auspiciada por el S.E.A.V. de la Diputación de Valencia, se hallan en proceso de excavación dos de los habitáculos de la Villa de Rótova, adosados al muro que delimita la fachada principal aunque disponen de sendas puertas abiertas a un patio interior.
Los departamentos excavados se delimitaban por muros cuya parte interior era de piedra y la superior se culminaba con tapia realizada con tierra apisonada. El hueco encima de puertas y ventanas se cerraba por medio de adobes.
Las techumbres estaban constituidas por tegulae (plataformas planas) sobre las que se superponían imbrices (tejas comunes todavía utilizadas en la actualidad). Estas estancias pudieron formar parte de la residencia del dominus o propietario.