Pablo Ordaz | Roma www.elpais.com 03/12/2014
Las obras de la línea C del metro permite el hallazgo de un aljibe subterráneo con capacidad para más de cuatro millones de litros de agua.
En su película Roma (1972), Federico Fellini ya advertía, a través de uno de los ingenieros encargados de la construcción del metro capitalino, que el subsuelo de la ciudad “es impredecible, cada 100 metros se encuentran vestigios históricos”. Una imprevisibilidad –resaltaba el genial director— solo superada por la magnitud de la burocracia: “Los documentos que intercambiamos con el ayuntamiento de Roma podrían llenar todo el recorrido del metro”. Para confirmar que la ciudad es eterna como eternos son sus encantos y sus inconvenientes, las obras de la interminable línea C del metropolitano han permitido el descubrimiento de un depósito hídrico perteneciente a la Roma Imperial capaz de almacenar más de cuatro millones de litros de agua.
Se ha localizado en el barrio de San Giovanni y se trataría, según la arqueóloga Rossella Rea, la responsable científica de las excavaciones, del “depósito hídrico más grande jamás encontrado hasta ahora”, aunque todavía no ha podido ser examinado en su totalidad. “Mide alrededor de 35 por 70 metros y parece probable que su función principal fuera la de servir de reserva para el agua destinada a los cultivos de una empresa agrícola, pero también pudiera haber servido para hacer frente a las inundaciones del río cercano”, explicaron a los medios locales las arqueólogas Francesca Montella y Simona Morretta.
Al igual que en la película de Fellini, las obras de la nueva línea de metro sufrirán otro retraso, pero en compensación –como señala la arqueóloga Rossella Rea— se tendrá “la oportunidad de conocer la historia del territorio y del ser humano presente en esta zona desde finales del siglo VII antes de Cristo; de no haber sido por las obras del metro, no habría sido posible”. Las investigadoras, que pertenecen a la Superintendencia Especial para los Bienes Arqueológicos de Roma, explican además que el hallazgo tiene aún más valor por cuanto de la zona en cuestión, el barrio de San Giovanni, apenas se disponía de “informaciones históricas”, mientras que en el resto de la ciudad sí se habían descubierto “estructuras republicanas e imperiales existentes hasta finales del siglo III”.
En la película de Fellini, el elegante ingeniero iba constatando los descubrimientos que las obras del metro iban sacando a la luz –un comillo de hembra de mamut, una necrópolis con 400 esqueletos—mientras que arriba los sufridos romanos contemporáneos seguían luchando a brazo partido con la burocracia y el degrado, también eternos, de la ciudad de Roma.
FUENTE: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/03/actualidad/1417633766_145310.html