Juan Pedro Quiñonero | París www.abc.es 20/03/2007

La primera gran exposición jamás consagrada a Praxíteles, organizada por el Louvre y el Museo Nacional de Atenas, con préstamos de otras grandes instituciones, no podrá contar con el legendario Efebo de Maratón, que Grecia considera como una obra de imposible préstamo.
Alain Pasquier, conservador general del departamento de antigüedades griegas, etruscas y romanas del Louvre, y Jean-Luc Martinez, conservador en jefe del mismo departamento, han trabajado durante varios años hasta conseguir reunir más de un centenar de obras del escultor griego que esculpió por vez primera el cuerpo humano al desnudo.

Hasta hace unas semanas, el Louvre creía poder contar con el préstamo del Efebo de Maratón, hasta que, finalmente, a primeros del pasado mes de febrero, Atenas confirmó su negativa a ese préstamo excepcional, alegando bien fundadas razones: el carácter único e inamovible de una pieza muy fuera de lo común.

Sin poder en duda las razones nacionales griegas, existen fundadas sospechas sobre el posible «chalaneo» que Atenas está ejerciendo sobre París, para que Francia se sume a las presiones internacionales destinadas a conseguir que Londres devuelva a Grecia los frisos del Partenón ateniense expuestos en el British Museum.

Oficialmente, Giorgos Voulgarakis, ministro griego de la cultura, rechaza tales sospechas. A su modo de ver, Grecia no presta el Efebo de Maratón por razones estrictamente «técnicas»: se trata de una obra rarísima; y cualquier desplazamiento pudiera causar daños irreparables…
Más allá de tales maniobras, presumidas o reales, la magna exposición del Louvre consagrada a Praxíteles está llamada a marcar un hito: la vuelta a la Grecia del siglo V, a través de uno de los patriarcas que fundan todos los cánones de armonía, belleza y gracia de toda nuestra civilización.
La exposición está dirigida al mismo tiempo a los especialistas y al gran público. El Louvre y el Museo Nacional de Atenas han colaborado estrechamente para ofrecer un conjunto de obras sencillamente excepcional, reuniendo obras propias y prestadas. Atenas ha impuesto su «ley» en todo momento: una obra propiedad del Museo de Cleveland ha sido «desechada»: los especialistas griegos la consideran «poco segura», comprada en unas condiciones que pudieran rozar el tráfico mafioso de obras de arte clásico.

El carácter excepcional de la exposición Praxíteles del Louvre no solo devuelve su prodigiosa actualidad a las obras más bellas de la historia de la escultura. También nos recuerda la «gran guerra» diplomática entre los Estados que intentan controlar sus propios patrimonios. ¿De quién es el arte griego del siglo V?