Palencia ICAL www.elmundo.es 05/07/2008

En Pedrosa de la Vega, Palencia, este fin de semana se habla en latín, están de moda las sandalias de cuero y las túnicas largas y, además, se duerme en tiendas de campaña de telas de alegres colores. La Legio VIIII Hispania ha levantado campamento con la intención de invadir la localidad, al menos 48 horas, durante la celebración del 40 aniversario del descubrimiento de la Villa de La Olmeda, organizado desde la Diputación provincial de Palencia.

Los vecinos del municipio y los visitantes han observado con gran curiosidad la vida del gobernador civil y de su familia en un día cualquiera de hace 1.600 años. Tras el desfile, en el que estuvieron acompañados de 20 legionarios, centurión y auxiliares, se instalaron en su tienda a descansar. Con elegantes ropajes de vivos colores, las mujeres tejían en el telar o aliviaban su calor con un abanico de auténticas plumas de pavo real.

Muy cerca, y hablando en latín, los militares de la Regio VIII urdían estrategias y entrenaban técnicas de guerra a base de lanzamiento pilum, tiro con arco o esgrima. Todo dotado de una gran dosis de realismo, no obstante, los miembros de la Legio VIIII Hispania son especialistas en esta antigua civilización, concretamente forman parte de un proyecto desarrollado por la Asociación Cultural Hispania Romana, una organización cultural cuyo objetivo es la conservación y reconstrucción de la cultura de la Antigua Roma.

Así que, no sólo son fidedignos en ropa y en técnicas de combate. También son expertos en recetas de la época. Muestra de ello fue la carpa destinada a la alimentación, Thermopolivm, un lugar que destilaba fuertes olores a distintas especias, y que se convirtió, desde la apertura del campamento, en la zona más visitada.

«Ahora esta romana preparará en directo un moretum, un desayuno de un hombre de campo, siguiendo la receta del poema culinario del mismo nombre contenido en un poema de Virgiliano», explicaba uno de los romanos, al mismo tiempo que los visitantes aliviaban el calor con mulsum, vino con miel o cerveza sin lúpulo.

Igualmente, se desarrolló un taller de elaboración de un condimento de lujo, ‘sales conditi’, considerado también como una medicina siguiendo una adaptación de la receta de ‘Marcus Gavius Apicius’. Los participantes envasaron, etiquetaron y degustaron in situ las deliciosas sales, siguiendo las orientaciones de los monitores, y pudieron llevarse una muestra a casa.

Mientras, y ajenos al tumulto que se agolpaba por probar y aprender a realizar las recetas en desuso, dos romanos trabajaban incansables. Estaban haciendo mosaicos similares a los originales de la Villa de la Olmeda. Uno de ellos, afanoso, seleccionaba grandes piedras de colores, para convertirlas con asombrosa facilidad en teselas, las minúsculas piezas que componen cada mosaico. Su compañero, como la misma destreza las iba juntando para formar bellas figuras geométricas.

Homenaje al descubridor
Hace 40 años que el agricultor y, entonces, alcalde de Pedrosa de la Vega, Javier Cortés, descubrió mosaicos romanos en una parte de sus tierras. Hoy «el pueblo que le ayudó a limpiar y poner cubiertas en la Villa», según explicó Cortés, y decenas de personas venidas de fuera, se volcaron en rendirle un homenaje. «Agradecemos el comportamiento del descubridor, cuando cedió la villa a la Diputación, algo que hemos reconocido siempre, como por ejemplo, cuando se le entregó la medalla de oro en 1980», explicó el presidente de la Diputación en el acto.

Asimismo, aseguró que la remodelación del yacimiento arqueológico romano, que abrirá sus puertas en febrero de 2009, era «otra muestra de este homenaje», valoró Martín. «Cuando yo conocí la villa, además de enamorarme de su belleza, me di cuenta de que no tenía los servicios, como agua o luz, que debía tener uno de los yacimientos más importantes de la parte occidental», continuó el presidente.

En el marco del tributo, se presentó el libro Mosaicos en la Villa de la Olmeda. Según su autor, el arqueólogo, José Antonio Abásolo, los mosaicos más representativos son el «oecus y el fiso de los medallones», además de los geométricos. «Son dos joyas», apuntó. «No es una villa maqueta, es un elemento capaz de aglutinar varios aspectos, y un lugar de encuentro de la comunidad científica», añadió.

La Olmeda fue descubierta en 1968 y está considerado como una de los asentamientos habitacionales más importantes del mundo romano hispánico, junto a sus valiosos mosaicos. El hallazgo tuvo lugar en el verano de aquel año con motivo de la realización de unas labores agrícolas, que al tropezar con los restos de una vieja pared, fueron el principio de una investigación arqueológica.

La incógnita pronto se despejó tras descubrir una espléndida mansión de época imperial con salas, corredores pórticos, baños, junto a mosaicos de gran perfección y belleza. Todo un conjunto que tuvo su momento de esplendor hace 1.600 años.