José Ángel Alegre y Esther López, Clásicos Luna | Zaragoza 11/01/2017

A los dioses del Olimpo, y a los héroes de la Ilíada y la Odisea, les gusta acercarse a los niños pequeños para contarles las atractivas y sorprendentes historias de la mitología que describen sus vidas. A Hera y Afrodita, Zeus y Poseidón, Ulises y Penélope, a todas las divinidades y a los heroicos humanos les agrada ser protagonistas en los espacios teatrales, para que su fama perdure en la memoria de los alumnos jovencitos, y no se quede en el mundo del olvido del lejano Olimpo.

Por eso, “Clásicos Luna”, la compañía teatral del IES Pedro de Luna de Zaragoza, ha dado forma a estos dioses y héroes, convirtiéndolos en 23 actores, en su mayoría alumnos de 3º de ESO, que han representado para 325 niños y niñas de 6º de primaria un “pequeño teatrillo”, alegre e interactivo, llamado “El Olimpo de los Dioses”, en el que, a modo de títeres vivientes, han vuelto a dar vida a sus nombres griegos y latinos, han presentado “sus “poderes y atributos”, y han relatado algunas de sus andanzas, amoríos, aventuras y desventuras.

“Clásicos Luna” lo ha hecho con un teatro sencillo, con un “teatro de aula”, directo para llegar al corazón de estos 325 niños. A lo largo de los 20 minutos de cada una de las 16 representaciones, que hicimos en 4 días de este mes de diciembre, los grupos de escolares pudieron repetir, a coro y con entusiasmo, el nombre de los dioses, simular el estallido de los truenos y relámpagos de Zeus-Júpiter, bailar al ritmo de las olas del mar Mediterráneo del que les habló Ulises-Odiseo, disparar al aire las fechas del arco de la cazadora Diana-Artemisa, imitar los enfados de la diosa de la Discordia-Eris, o lanzar suspiros de amor con el corazón de Afrodita-Venus.

Como nos decía una profesora que acompañaba a estos niños, que en grupos de 15 o 20 alumnos participaron activamente en la puesta en escena de este “Olimpo de los Dioses”, nunca olvidarán los nombres de los dioses, ni las olas que fabricaron con el dios del mar Poseidón, ni los disgustos de Hera con su marido, ni la larga espera de Penélope, ni la manzana que sembró la discordia entre las bellas diosas, ni las cruentas batallas en torno a la ciudad de Troya, ni los planetas a los que dan nombre Júpiter, Neptuno, Venus, Gea la diosa de la Tierra, o a Selene la diosa de la Luna. Recordarán los poderes amorosos de Afrodita, la sabiduría de Atenea y la localización del Monte Olimpo. Tampoco olvidarán el nombre de Ulises, ni su ingenio al construir el caballo de Troya, ni su viaje por el mar Mediterráneo. No se irá de su memoria la bella Helena seductora y enamoradiza, porque hizo sentir guapos a todos los niños espectadores, ni el fuerte carácter de Hera que, celosa con Zeus, resaltó el atractivo de todas las niñas y les advirtió para que no se dejaran fascinar por su poder.

La biblioteca del IES Pedro de Luna ha sido el escenario terrenal de esta representación divina, concebida como una pequeña fiesta de participación de todos, actores y espectadores, en un acto coral. Sandra Jiménez, alumna-actriz de 3º de ESO, nos lo describe desde la alegría de su participación: “Los actores procurábamos que el público participara en la obra, tanto como fuera posible, haciendo gestos propios de los dioses, tamborileando en las rodillas al anunciar las presentaciones, enfadándose como la diosa Eris-Discordia, levantando las manos en las olas de Poseidón, simulando el disparo de unas flechas con mi arco de Diana-Artemisa la diosa de la caza, etc.  También les preguntábamos si sabían algo de cada dios, o de cada historia de los héroes. Repetíamos los nombres de los dioses y héroes con los niños, para que les fuera más fácil recordarlos. En general, en todos los grupos, los niños no tardaban en participar, y lo hacían con entusiasmo y con ganas de pasarlo bien”.

Hemos hecho un teatro de base, que no fuese complejo ni en su preparación ni en su puesta en escena, pero lo hemos disfrutado, para transmitir alegría y calor a los espectadores. Hemos tenido poco tiempo para prepararlo, como nos cuenta la actriz de 3º de ESO Miriam Zarzuela, que ha dado vida a Selene, diosa de la Luna. Pero, como ella dice, la representación ha sido bonita: “Nosotros somos los más pequeños de la compañía Clásicos Luna, y obviamente, hasta ahora, no hemos tenido un gran papelazo en nuestras obras teatrales. Por eso es agradable participar en este Olimpo de los Dioses, en el que puedes lucirte, practicar y aprender como actriz. Y, aunque no hemos tenido mucho tiempo para ensayar, hemos aprovechado los recreos para preparar esta actividad. Ha sido muy entretenida, para nosotros y para el público”.

Los dioses aman la comedia y la tragedia, un teatro de más calado, y la compañía teatral “Clásicos Luna” también. Pero las perlas del gran teatro tienen su origen en el humilde grano de arena que, poco a poco será envuelto por sucesivas capas de nácar. La tragedia y la comedia tienen su corazón en el pequeño teatro de aula, que sin grandes pretensiones escenográficas o textuales quiere llegar con simpatía al mundo de los niños, jóvenes y adolescentes.

Para los actores más jóvenes estos talleres teatrales son una estupenda ocasión de dar un paso adelante e ir formándose como actores, como nos cuenta Andrea Cerdán, también alumna de 3º de ESO, que ha representado a la paciente Penélope: “A mí las representaciones de estos días me han aportado mucho como actriz, a la hora de relacionarme con mis compañeros y trabajar con todos. También me han servido para sentirme más cercana al público. Pienso que me han ayudado a mejorar mi modo de interpretar, ya que no había podido tener la oportunidad de hacer participar tanto al público infantil, y eso me ha ayudado a tener más soltura y ver que me lo puedo llegar a pasar muy bien con estos niños”. Guillermo Escribano, otro estudiante de 3º de ESO que dio vida a Poseidón-Neptuno, también nos relata las sensaciones que tuvo: “Los dos grupos de 11 y 12 actores, que en días alternativos hemos representado El Olimpo de los Dioses, somos los más jóvenes de la compañía teatral del instituto. Antes habíamos tenido papeles corales, pero esta era la primera vez en que podíamos mostrar nuestras cualidades escénicas ante el público. Por eso éramos un poco inexpertos en cuanto a interpretación e improvisación (que es la mejor arma que tiene un actor cuando se le olvida su papel). Estuvimos nerviosos antes y durante las ocho representaciones que hizo nuestro grupo. A la vez también tuvimos otras sensaciones muy majas: durante la obra te sientes motivado por ver los rostros y el aplauso del público, contento por saber que estás dando lo mejor de ti y que tus esfuerzos están obteniendo sus frutos; cuando finaliza la representación, te sientes eufórico por haber acabado, por haber dado todo lo que podías dar, y orgulloso, por saber que has hecho algo que ha sido visto y que le ha gustado a al público. Esta experiencia, sin duda, nos ha ayudado a perder esos nervios que, aunque son buenos, hay que aprender a dejar de lado, para dejarte llevar por la obra y no preocuparte tanto por todo lo que pueda ocurrir a tu alrededor, y, sobre todo, a hacerte un esquema de tu papel y tener claro tu personaje, para representarlo con soltura y no como si fueras un autómata que se ha aprendido su texto de memoria”.

La memoria de los dioses y los héroes permanecerá en el corazón y en el recuerdo de estos actores y espectadores, que han disfrutado de la alegría y la espontaneidad con la que hemos querido presentar nuestro Olimpo de los Dioses. Así lo explica la actriz Raquel García, también alumna de 3º de ESO: “En esta representación he sido Afrodita, la diosa del amor. Tenía que ser enamoradiza y simpática, al igual que el resto de mis compañeros, para garantizar la participación de los niños. Cada personaje tenía su propia personalidad y eso nos ayudaba a saber bien como representarlo: amoroso como el mío de Afrodita, gruñón como el Eris, alegre e ingenioso como el Ulises, presuntuoso como el de Zeus, etc. He estado encantada de participar, ya que, gracias a esta actuación, he vivido una nueva experiencia. Lo que más me ha gustado ha sido poder hacer participar a los niños de diferentes formas y ver como pasaban un buen rato: haciéndoles repetir gestos o nombres, para que se acordasen bien de ellos o simplemente para que interactuasen mucho en la obra de teatro y así se les hiciese más entretenida”.

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