Valencia | EUROPA PRESS 29/03/2010

Unas 210 piezas procedentes del Museo del Louvre de París, todas ellas presentes por primera vez en España, integran los fondos de la exposición ‘Tanagras. Figuras para la vida y la eternidad’, que permitirá al público del Centro Cultural Bancaja acercarse a la cultura de la Grecia antigua a través de pequeñas obras realizadas en arcilla y fechadas en el siglo IV antes de Cristo.

La muestra, que se podrá contemplar en la capital valenciana hasta el próximo 7 de julio, tiene como precedente una selección celebrada en 2003 en la pinacoteca francesa aunque presenta importantes novedades. Así, algunas de las obras que se exhiben ahora nunca habían salido del Louvre y otras ni siquiera se han expuesto todavía al tratarse de piezas de reciente adquisición (en concreto dos nuevas figuras compradas gracias a la aportación de Bancaja). Del mismo modo, la colaboración entre la caja valenciana y el museo ha permitido la restauración de unas 60 figuras.

‘Tanagras. Figuras para la vida y la eternidad’ fue presentada este lunes en rueda de prensa por el vicepresidente de la Fundación Bancaja, Vicente Montesinos; el administrador general del Louvre, Hervé Barbaret, y la comisaria y conservadora del Departamento de Antigüedades Griegas, Etruscas y Romanas del museo, Violaine Jeammet. Esta especialista destacó que la muestra supone una oportunidad de conocer más a fondo la herencia cultural de la Grecia antigua por medio de un conjunto de piezas que aun hoy proponen retos a los investigadores sobre su origen y función.

Las tanagras, apuntó, son unas estatuillas de terracota policromada que deben su nombre a la zona donde se descubrieron, de manera fortuita, durante el invierno de 1870-1871, cuando fueron halladas por unos campesinos en los campos y colinas que rodean el actual emplazamiento arqueológico de Grimadha, en Beocia, una región al norte de Atenas.

Las figuritas destacan por su gracia y representan escenas de la vida cotidiana protagonizadas sobre todo por mujeres, aunque también aparecen jóvenes y niños. Este aspecto familiar provocó su popularidad entre la sociedad del siglo XIX, lo que hizo que todos los grandes museos europeos y coleccionistas empezaran a disputarse estas piezas.

En el origen de esta tradición se encuentran tanto la estatuillas de actores de teatro, que desempeñan un papel muy importante en la sociedad ateniense de la época en torno al dios Dioniso, como los vasos llamados plásticos y las figuras de bailarinas con velo, que permitieron a los artesanos ir introduciendo mejoras en la técnica de elaboración.

Las figuras de mujeres envueltas en drapeados –que serían designadas en el siglo XIX como tanagras– nacen hacia el año 340 a.C. y se inspiran principalmente en las creaciones del escultor Praxíteles. Es el caso de una de las piezas más relevantes, ‘La Dama azul’, que se convirtió en uno de los motivos más difundidos y copiados de todo el Mediterráneo.

Las figuras, empleadas para los ritos funerarios pero que también se cree que tuvieron un papel decorativo, gozaron de un fervor particular en algunos lugares de Grecia, como en Alejandría –las piezas acompañaron al conquistador Alejandro Magno–, o en Tarento, al sur de italia. No así en España, donde no se ha localizado ninguna puesto que la presencia de la Grecia clásica fue limitada, explicó Violaine Jeammet.

La comisaria recordó que la belleza es un concepto «fundamental» en el arte griego, que persiguió como meta la proporción. Estas tanagras son una muestra «más modesta» de estas inquietudes y, además, con una particularidad, puesto que, mientras la gran escultura se centraba en el cuerpo masculino, estas figurillas se decantaban por el femenino, más difícil de encajar con el ideal de equilibrio.

CATÁLOGO

Con motivo de la exposición, se ha editado un catálogo de 300 páginas que analiza tanto la vertiente histórica como la artística de estas figuras de arcilla e incorpora los últimos hallazgos científicos alrededor de las obras.

El vicepresidente de la fundación Bancaja, Vicente Montesinos, subrayó que esta selección es fruto del convenio de colaboración suscrito entre la entidad financiera y el museo galo y, asimismo, consolida su relación, iniciada en 2008 con la muestra ‘Tres imperios del Islam’, que visitaron más de 25.000 personas.

En esta línea, el administrador general del Louvre, Hervé Barbaret, resaltó que cuando se proyectan exposiciones de esta envergadura hay que contar con «un socio de confianza con el que poder establecer vínculos duraderos».

ENLACES:
La rutina de la antigua Grecia