Olga Vilar | Santiago www.elcorreogallego.es 07/03/2010

Sostiene que la oferta de títulos no puede guiarse exclusivamente por las demandas del mercado. Denuncia que las ratios requeridas para mantener grupos de latín y griego en Bachiller están negando la posibilidad de futuros estudiosos.

Cecilia Criado preside la sección gallega de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC). Profesora de Filología Latina en la Universidade de Santiago, levanta la voz contra la imposición de criterios numéricos como determinante único en el diseño del mapa de titulaciones. Criado cita a Antonio Albar, ex presidente de la CEEC, y mantiene que es una «barbaridad» que los profesionales se formen en función de las demandas del mercado: «lo que hay que formar –sostiene– son personas capaces de pensar, con una gran capacidad de abstracción, y ellas mismos serán capaces de encauzar sus vidas profesionales, incluso aunque no estén vinculadas a sus estudios».

P_ ¿Cuál es la situación de los estudios clásicos?

R_ Los estudios clásicos siempre han sido minoritarios. Cuando yo estudiaba éramos 14 en la carrera y en COU, tres. Lo que no está tan bien es cómo las instituciones están entendiendo esta situación de un tiempo a esta parte: considerándonos un lujo innecesario y arreglando los presupuestos a costa de nuestras asignaturas, sobre todo en Secundaria y Bachillerato, pero también en la universidad.

P_ ¿Cómo se llega a este punto?

R_ Bolonia ha sido nefasto para los estudios clásicos. Soy defensora del espíritu de Bolonia que nos insta a abandonar el método de docencia magistral, pero Bolonia también propugna una vocación estadística, que transforma la educación en índices de éxito y concurrencia, que los estudios clásicos no cubrimos. No entramos en las estadísticas, es lo malo de las minorías.

P_ Habla de Secundaria y Bachillerato, ¿también de la universidad?

R_ Dentro de la universidad somos los parientes pobres. Se supone que no hacemos ciencia. El Ayuntamiento de Santiago metió la pata hace dos años al convocar un premio para mujeres investigadoras en el que olvidó las humanidades –una etiqueta con la que no estoy muy de acuerdo–. Es en la universidad donde se gesta esa idea que después se trasvasa a la sociedad. Se entiende que los únicos que sólo hacen ciencia las ciencias clásicas. Heidegger decía que no se trata de que las Matemáticas sean más rigurosas que la Historia, sólo están basadas en fenómenos existenciales distintos. Las ciencias clásicas tienen ventaja porque pueden concretar sus teorías en un teorema verificable. Nosotros trabajamos con productos humanos, arbitrarios, y llegar a la verdad de esa arbitrariedad es prácticamente imposible. Son nuestros propios compañeros de universidad los que constantemente nos denostan, incluso públicamente.

P_ ¿Están siendo grandes perjudicados de la situación de crisis?

R_ Por supuesto. Me avergüenza que me toque reivindicar los estudios clásicos justo en este momento en el que estamos viendo tantas tragedias personales. Aceptamos que un momento de crisis todos tenemos que apretarnos el cinturón, pero es que para nosotros este argumento es totalmente falaz, porque antes de la crisis, cuando sobraba dinero por todas partes, éramos igualmente maltratados. La situación en los institutos está siendo trágica para nuestros colegas: se están cerrando grupos de tres personas porque la Xunta en su optimización de recursos establece unas ratios pavorosas. Los inspectores llegan y cierran el grupo y fíjese que no supone contratación de más profesores. Hay profesor, pero a ese profesional execepcionalmente formado se le manda a biblioteca, o a cualquier otra actividad. El resultado es, primero, que estos colegas están siendo marginados y, segundo, que se les niega la posibilidad a posibles futuros estudiosos de las lenguas clásicas.

Pacto de estado
“Hace falta un blindaje para la educación”

Cecilia Criado se refirió, con escepticismo, al pacto de Estado en materia de Educación. «Yo creo, y esto es una opinión personal, que en educación haría falta algún blindaje. No puede ser que cada gobierno imponga unos criterios y que cuatro años después resulte que esos criterios no sólo podrían ser mejores sino que incluso eran perniciosos a ojos del nuevo gobierno. Ni los alumnos ni los profesores aguantamos ese daño», indicó la presidenta de la sección gallega de la SEEC. En concreto, Criado se refirió a las últimas modificaciones del plan de estudios: «El antiguo plan primaba la oferta de optativas: lo que confería excelencia a unos estudios era que el alumno tuviese capacidad de elección (…). Ahora vienen nuevos planes de estudio y resulta que el exceso de optatividad está penado. No puede ser que en cinco años lo que era óptimo pase a ser nefasto», señaló.