Martí Crespo www.vilaweb.cat 23/09/2010
La Biblioteca Apostólica Vaticana es uno de los muchos tesoros culturales y artísticos que se esconden en el pequeño territorio del Vaticano. Inaugurada el siglo XV, en sus estanterías y almacenes hay guardados más de un millón de libros, ocho mil incunables, ciento cincuenta mil códices manuscritos, trescientas mil monedas y medallas y veinte mil dibujos e ilustraciones.
Entre las joyas que se guardan está el Codex Vaticanus, el manuscrito completo de la Biblia más antiguo del que se tiene constancia, el papiro Bodmer XIV-XV, que contiene una transcripción de los evangelios según san Marcos y san Juan fechada en el año 200; obras originales de Virgilio, y uno de los primeros ejemplares conservados de la ‘Divina comedia’ con ilustraciones de Boccaccio. Durante los últimos tres años, los investigadores no han podido acceder a este inmenso fondo bibliográfico por causa de las obras de restauración y reforma de la biblioteca, que ha reabierto esta semana.
Con el cierre temporal de 2007 hasta ahora, se han hecho reformas estructurales, se ha instalado un nuevo sistema de climatización y control de la humedad, se han aumentado las medidas de seguridad de los espacios, se ha informatizado el acceso de los estudiosos en el recinto y se han implantado chips a todos los libros y documentos para controlarlos en todo momento. Además, ha introducido un nuevo método informatizado de consulta de los fondos y se ha dotado a los espacios de conexión a internet vía wi-fi.
Las obras, con todo, no se han acabado. Según los responsables de la institución, estos dos próximos años se ha de terminar la remodelación de la imponente Sala Sixtina para convertirla en espacio de consulta. Y, aún más importante, hay que concretar el proyecto de digitalización y catalogación del patrimonio de la biblioteca: la mayor parte de sus fondos no se han microfilmado ni digitalizado, fundamentalmente por falta de financiación. Los expertos calculan que serían necesarios diez años para llevar a cabo esta tarea.
Coincidiendo con la reapertura, los responsables de la Biblioteca Apostólica Vaticana han decidido poner en marcha una campaña para darla conocer más allá del público especializado. Así, pues, el 10 de noviembre se inaugurará en la plaza de San Pedro la exposición ‘Conocer la Biblioteca Vaticana: una historia abierta al futuro’, y del 11 al 13 de noviembre se llevará a cabo el congreso’La Biblioteca Apostólica Vaticana como lugar de investigación y como institución al servicio de los expertos’, donde varios expertos debatirán sobre el papel de esta histórica institución.