Poseedora de una rica historia, la capital griega se desarrolló como ciudad a finales del siglo VIII.
Metrópolis de gran tradición y glorioso pasado, Atenas guarda en su seno la fisonomía y la historia de varias ciudades fundidas en una sola: la antigua, la bizantina, la neoclásica y la moderna. Quintaesencia del espíritu olímpico y primer germen de la democracia, esta ciudad griega sirvió de cuna a la civilización occidental, convirtiéndose en uno de los más bellos enlaces entre Oriente y Occidente.
Poseedora de una rica historia, Atenas se desarrolló como ciudad a finales del siglo VIII y a lo largo del VII AC. Los años dorados de Pericles durante el siglo V conducirían a Atenas a su época de mayor esplendor y plenitud, hasta que los atenienses fueron derrotados por los espartanos en la Guerra del Peloponeso. Hacia el siglo II AC, estas tierras fueron ocupadas por las legiones romanas, que no hicieron sino engrandecer la riqueza histórica, cultural y monumental de Atenas.
A partir del siglo IV DC, Atenas hará suya la esencia del Imperio Bizantino. Tras la caída de Constantinopla, son muchos los reinos que se disputan este ducado convertido en inmenso museo a ojos del visitante, hasta que los turcos incorporan la ciudad a sus dominios; convertida la Acrópolis en templo musulmán y el Erecteión en harén, el paso de los siglos llevará al práctico despoblamiento de Atenas, que apenas alcanzaba el reconocimiento de ciudad, y que veía cómo su preciado legado de siglos amenazaba ruina.
Con el tiempo, Atenas fue elevada a la categoría de capital, procediéndose a la construcción de nuevos edificios al estilo neoclásico y a la restauración de los monumentos de la Acrópolis, uno de los más espectaculares vestigios de las civilizaciones clásicas.