Creta | EFE 16/10/2009
Una cantera abandonada en la isla griega de Creta, atravesada por una complicada red de túneles subterráneos, podría ser el lugar del mítico laberinto diseñado por Dédalo para encerrar al Minotauro.
Un equipo anglo-británico de expertos que llevó a cabo una expedición a esa cantera el pasado verano cree que el lugar, próximo a la ciudad de Gortina, en el sur de la isla, tiene tanto derecho a esa reivindicación como el palacio de Cnossos, situado en el norte.
Los arqueólogos creen que ese complejo de cuevas próximo a Gortina, que fue la antigua capital romana de Creta, es un candidato muy plausible a haber sido en la antigüedad el lugar del laberinto de la leyenda griega, informa hoy el diario británico «The Independent».
Según esa leyenda, el rey Minos mandó construir el laberinto para encerrar allí al minotauro, una bestia feroz nacida de la unión entre su esposa, Parsifae, y un toro del que ella se había enamorado por intervención de un Poseidón enfurecido con el monarca.
Nicholas Howarth, geógrafo de la Universidad de Oxford, que encabezó la expedición, dijo que la asociación de Cnossos con el Laberinto se vio reforzada por la reconstrucción que hizo a principios del siglo XX de las ruinas de su palacio minoico.
«La gente va allí no sólo a ver esas polémicas ruinas excavadas y reconstruidas por Evans sino también en busca de una conexión del palacio con el pasado mítico de la Época Heroica. Es una vergüenza que quienes visitan Cnossos no hayan oído hablar de que hay otros posibles candidatos a haber albergado el mítico laberinto», declaró Howarth a «The Independent».
El equipo de arqueólogos de Oxford, que colaboró con expertos de la Sociedad Espeleológica Helénica, se encontró con que el complejo de cuevas de Gortina había sido visitado recientemente por ladrones de objetos arqueológicos que se disponían a dinamitar una de las cámaras interiores con la esperanza de encontrar algún tesoro oculto.
Las cuevas, que consisten en más de tres kilómetros de túneles con cámaras más anchas y callejones sin salida, han sido visitadas desde tiempos inmemoriales por viajeros en busca del laberinto, pero desde que se descubrió Cnossos, a finales del siglo XIX, fueron abandonadas e incluso el Ejército nazi las utilizó para almacenar municiones durante la Segunda Guerra Mundial.
«Cuando uno entra en las cuevas de Gortina, conocidas en griego como Labyrinthos, tiene la sensación de que se encuentra en un lugar oscuro y peligroso en el que es fácil perderse. Hay que tomar con un grano de sal la hipótesis de Evans de que el palacio de Cnossos es el Laberinto», dijo Howarth.
Además de Cnossos y Gortina, hay un tercer complejo de cuevas en Skotino que podría también reivindicar ese honor. «Si atendemos sólo a los hechos arqueológicos, es difícil decir con certeza que hubiese existido realmente el Laberinto. Creo que cada uno de esos lugares puede reclamarlo, pero a la postre hay preguntas para las que ni la arqueología ni la mitología tienen respuesta», agregó el geógrafo británico.