El filósofo Emilio Lledó (© Bernardo Pérez, El País)
Alicia García-Herrera revistamercurio.es 03/09/2020
En uno de sus libros más combativos, Emilio Lledó pide volver al legado humanístico de los griegos para atenuar la “estupidización” de la era digital.
La imagen de Eneas cargando sobre sus hombros al anciano Anquises es una de las más conmovedoras del mito griego. Si primamos lo útil, salvar a un anciano ciego del incendio de Troya podría resultar menos práctico que abandonarlo a su suerte, pero renunciar a la propia humanidad tampoco resulta eficiente cuando lo que se pierde es un legado de sabiduría ancestral.
La pérdida de valor del saber humanístico que asola nuestro tiempo requiere hacer un esfuerzo épico para llevar a hombros nuestra base cultural, heredera de Grecia, y salvaguardarla de un nuevo incendio troyano cuando no de un Fahrenheit 451. En esa labor de defensa del saber humanístico destaca la obra del filósofo Emilio Lledó. Una parte del saber acumulado durante su larga vida intelectual y académica viene condensado en su último libro, Fidelidad a Grecia. Se trata de uno de los trabajos más personales y combativos de Lledó. En él, el autor compila un conjunto de reflexiones sobre la educación, la amistad, el poder, los vicios públicos y la sabiduría. Si la lectura de este libro resulta casi obligada es porque hoy, cuando la crisis de las Humanidades se convierte en pandemia, necesitamos educar nuestra mirada a la luz de la sabiduría del filósofo, imposible de desligar de la experiencia acumulada durante casi un siglo de vida.
«Hoy, cuando la crisis de las Humanidades se convierte en pandemia, necesitamos educar nuestra mirada a la luz de la sabiduría del filósofo»
En la primera parte, Lo bello es difícil, Emilio Lledó nos habla de mythos, de belleza, de Eros, del goce de la vida, de felicidad, de música y del poder de la palabra escrita. Los mitos, carta fundacional del helenismo, no son solo relatos bellos, patéticos o ejemplares sobre dioses y héroes, sino que expresan formas específicas de concebir el mundo y la Historia. En su libro, Lledó insiste en el poder del mythos como medio de acceso a la verdad (aletheia). Lo es porque en su seno el mythos guarda lecciones profundas que atañen a lo más esencial y central de nuestro ser como individuos y como colectividad.
El filósofo relaciona mythos con el arte y la literatura. El arte proporciona placer estético, algo que deriva de la percepción de la belleza y que, en su grado más extremo, puede conducir al síndrome de Stendhal. Belleza (kalós) junto con verdad (aletheia) y justicia (diké) nutren el espacio de la cultura. La belleza nos llena de asombro, sorprende, y estimula nuestra sensibilidad y aprecio de la vida. Lo mismo sucede con el amor. El amor apasionado o pathos fue contemplado por los griegos antiguos con numerosas reservas. Lledó no plantea una visión fatalista del amor sino que, apoyándose en el pensamiento platónico, lo considera como puente para alcanzar la verdad y la belleza.
Habla también Lledó del dragón del deseo, del afán de poseer y acumular propio de la sociedad de consumo. El filósofo nos trae en este punto el pensamiento de Epicuro, que reconduce al verdadero placer y goce de los sentidos. Para ello hay que aprender a discernir y, para discernir, hemos de ser capaces de pensar libremente. La capacidad de pensar por tanto nos conduce de manera indirecta a la experiencia del goce, y esta a la felicidad, entendida como tener una vida buena. La música y la palabra, además del arte y del amor, son parte fundamental de esa vida buena. La llave de acceso a la felicidad es, por tanto, la libertad, y esta se relaciona con el mythos.
Mythos no puede separase de logos, ya que la razón está marcada por la relación cuerpo-mente. En Fusión de luces, el autor profundiza en esta idea fundamental. En este apartado Lledó se refiere a figuras que han marcado la historia del pensamiento, como también su propia historia. Marx, Machado, Pablo de Andrés, María Zambrano, Giner de los Ríos, con la Institución Libre de Enseñanza, son algunos de ellos.
En la tercera parte, Pruebas de imprenta, el filósofo nos presta su mirada sobre el mundo de la cultura, una mirada que va desde los cuartetos de Béla Bártok a los movimientos que arrancan del nuevo diseño de Europa tras la caída del muro de Berlín, expresión de la libertad de creación artística. Lledó expresa asimismo su inquietud por la educación de los jóvenes y la pobreza del pensamiento, por la anestesia de la sensibilidad derivada de la primacía de una cultura “empantallada”, audiovisual.
«Lledó no plantea una visión fatalista del amor sino que, apoyándose en el pensamiento platónico, lo considera puente para alcanzar la verdad y la belleza»
Crónicas impacientes integra la cuarta parte de Fidelidad a Grecia. Se trata, como su propio nombre indica, de una compilación de artículos, notas de prensa y crónicas. Destaca por su actualidad Pandemia y otras plagas, en las que Lledó alude no solo a la enfermedad física sino también a la corrupción y a la “estupidización” colectiva derivada del abuso de la tecnología. El acceso a la educación es un derecho humano y una conquista del último siglo en Occidente, pero hoy los jóvenes se educan con videojuegos. Se hace necesario devolver a escuelas, institutos y universidades la autoridad y el papel que les corresponde, lo que no deja de ser un reto.
Termina Lledó el libro Fidelidad a Grecia con una mirada sucinta a la clase política y a los llamados emprendedores. Los primeros no han de servir a intereses particulares sino al bien común. Los segundos sirven a intereses particulares pero no pueden hacerlo a costa del bien común. Como siempre, la única vacuna para evitar esta clase de pandemias es conservar el pensamiento crítico, lo que en esta época reconduce inevitablemente a mirar al pasado, a Grecia, a la que hemos de seguir guardando por nuestro propio bien la fidelidad de Penélope. Todo ello para no sacrificar a nuestros Anquises y preservar la libertad.
Fidelidad a Grecia
Emilio Lledó
Prólogo de Mauricio Jaló
Editorial Taurus
Madrid, 2020
221 páginas
18,90 €
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* Esta reseña se ha publicado en el número 213 (septiembre-octubre 2020) de la edición en papel de Revista Mercurio.
FUENTE: revistamercurio.es