Mariano García | Zaragoza www.heraldo.es 21/01/2007

La Escuela Taller de Restauración ha consolidado y reconstruido, por primera vez en España, la decoración de una estancia del siglo I a. de C., encontrada en el yacimiento de Bilbilis y que se exhibirá en el Museo de Calatayud.

Mariano García | Zaragoza www.heraldo.es 21/01/2007

La Escuela Taller de Restauración ha consolidado y reconstruido, por primera vez en España, la decoración de una estancia del siglo I a. de C., encontrada en el yacimiento de Bilbilis y que se exhibirá en el Museo de Calatayud.

El nuevo Museo de Calatayud, cuyas obras estarán concluidas antes del verano, expondrá a los visitantes una pieza única en España: una habitación romana con su decoración mural reconstruida fielmente a partir de los 4.000 fragmentos encontrados en las excavaciones. La pieza ha sido el gran proyecto en el que ha trabajado la Escuela Taller de Restauración de Aragón durante los dos últimos años.

«Es impresionante, espectacular -señala Manuel Martín-Bueno, catedrático de Arqueología y director de las excavaciones en el yacimiento de Bilbilis, de donde proceden las pinturas-. En ningún museo de España hay nada igual».

Para que todo esto haya sido posible fue necesario que la fortuna sonriera a los arqueólogos. Las pinturas murales fueron localizadas en la habitación de una casa del barrio de las termas.

«Las descubrimos hace 5 años y acabamos la excavación hace 3 -recuerda Martín-Bueno-. Originalmente, las pinturas decoraban una habitación de la segunda planta de la vivienda. En un momento dado los dueños decidieron reformarla por completo, y los escombros, en lugar de llevárselos fuera, que era más caro y trabajoso, los sepultaron en el sótano».

Dos milenios después, los arqueólogos los sacaron a la luz. «Lo que hicieron los dueños de la vivienda tiene la desventaja de que lo que apareció estaba muy fragmentado, pero también la ventaja de que encontramos trozos de todas las partes de la habitación».

En las campañas de excavaciones se extrajeron nada menos que 4.000 fragmentos de pintura mural. Tras un primer análisis, los especialistas concluyeron que se enmarcaba dentro de lo que se conoce como «segundo estilo pompeyano», una decoración que estuvo muy de moda en buena parte del Imperio Romano alrededor de la primera mitad del siglo I antes de Cristo.

Un hallazgo de estas características es raro en Aragón y en buena parte de la Península Ibérica. Por la antigüedad y por permitir la posibilidad de reconstruir con toda fidelidad y detalle la fisonomía que tuvo toda la estancia. «La pintura imitaba el colorido y la textura original de piedras nobles, como el ónice o el jaspe. Hay un pequeño arco que delimitaba la zona donde se ubicó el lecho, y el pintor tuvo en cuenta en su trabajo por dónde entraba la luz natural», apunta Manuel Martín-Bueno.
Un equipo multidisciplinar

A partir de ahí se planteó el problema de qué hacer con todo lo encontrado. Aunque en Aragón ya se ha restaurado algún panel de pintura mural romana, e incluso piezas de mayor envergadura, como un techo encontrado en Celsa (Velilla de Ebro), nunca se había acometido un trabajo de esta envergadura.

La fórmula elegida fue la de crear una escuela taller (Gobierno de Aragón-INAEM). Durante dos años, un grupo de 15 alumnos-trabajadores, entre arqueólogos, restauradores y analistas de laboratorio, han recibido formación específica en el estudio, análisis y conservación del patrimonio arqueológico, al tiempo que recomponían el monumental rompecabezas.

En el laboratorio, además, se han realizado todos los análisis solicitados por arquéologos y restauradores, y se ha participado en trabajos de investigación sobre pintura rupestre, morteros y limpieza mediante láser, con varias instituciones públicas, como Museo de Huesca, CSIC y Universidad de Zaragoza.

Recreación total del dormitorio
«Las escuelas taller de restauración se centran habitualmente en los oficios clásicos: carpintería, cantería… Pero Educación detectó la necesidad de la existencia de grupos multidisciplinares dedicados a la restauración, y por eso se creó esta escuela taller», explica su director, José Manuel López.

«Y ha sido un acierto -añade-. En el equipo había un químico orgánico, un químico inorgánico, un biólogo, varios arqueólogos y restauradores… Todo ello, unido a los equipos que tenemos en Cuarte de Huerva, ha hecho posible completar un trabajo tan complejo como éste».

La pieza va a a ser uno de los principales atractivos del nuevo Museo de Calatayud. Además, en la habitación, de 4 por 4 metros, se van a reconstruir también los muebles que tenía un dormitorio romano ´típico`: cama, armario, portalucernas, lámpara… con el objeto de que el visitante tenga una idea ajustada del modo de vida de la época.