Isabel Leña | Córdoba www.diariocordoba.com 29/07/2009
El hallazgo se produce apenas una semana después de iniciar la intervención. Bajo la calzada conocida como ‘decumanus maximus’ hay una cloaca romana aún en uso. Los trabajos están parados y Emacsa no podrá renovar la red de alcantarillado como preveía.
Menos de una semana han tardado en aparecer restos arqueológicos en la calle Alfonso XIII. Los primeros trabajos realizados para que la empresa municipal Emacsa pueda renovar la red de alcantarillado han sacado a la luz las losas de piedra de una importante calzada romana que forma parte de la Vía Augusta, la principal ruta terrestre de la Bética que unía Cádiz con Roma. En concreto, a poco más de un metro de profundidad, se han encontrado vestigios del decumanus maximus , que es como se llamaba el trazado de la Vía Augusta en su recorrido por la ciudad, pero en dirección este–oeste, y que atraviesa la calle Alfonso XIII. Se trata, por tanto, de una de las dos arterias principales de Córdoba en época romana, ya que la otra, el cardus maximus , la atravesaba de norte a sur cruzándose con la anterior. En su intersección solía estar el foro. Una de las particularidades de este hallazgo es que la calzada está perfectamente conservada.
Pero todo no queda ahí y el segundo descubrimiento no es menos llamativo. Bajo el decumanus maximus ha aparecido una cloaca romana que está a pleno rendimiento, es decir, sigue funcionando a pesar del paso de los siglos. Por ella discurre aún el agua de la lluvia y las aguas residuales, lo que indica que esta vieja red está conectada a las casas de la zona. Según ha podido saber este periódico, la hipótesis que se baraja es que esta cloaca baja por San Pablo, llega a un gran colector situado debajo de San Andrés y, después, hasta el de la Ribera. Además, se cree que este sistema se repite en las calles aledañas a Alfonso XIII.
Paralización
La primera consecuencia de estos importantes hallazgos ha sido la paralización de las obras para estudiar el alcance de los mismos. Según ha podido saber este periódico, desde que empezaron los trabajos el martes de la semana pasada, que fue cuando se cortó el tramo final de la calle al tráfico y se reordenó la circulación en el entorno, afloraron testimonios del pasado que están protegidos y, por tanto, no se pueden tocar. Tras las primeras catas realizadas, se decidió parar las obras.
Como consecuencia, y según han confirmado distintas fuentes, Emacsa no podrá seguir adelante con sus planes para mejorar la red de saneamiento con los fondos anticrisis como tenía previsto. Es más, en un par de días debe tapar lo descubierto a espera de que se tome una decisión sobre su futuro. Además, habrá que ver qué pasa con las obras previstas por la Gerencia de Urbanismo, que pensaba arreglar la calle cuando Emacsa acabara su parte. En principio, la intención del organismo municipal es seguir adelante porque su actuación no necesita ahondar tanto en el terreno como Emacsa, aunque todo está por decidir. También hay que tener en cuenta que la semana pasada se puso en marcha una profunda reordenación del tráfico que tendrá que abordarse.
Entre tanta incógnita que se resolverá en los próximos días, lo que parece más probable es que estos restos romanos se estudiarán, catalogarán y taparán.