Fernando Pérez Monguió | Sevilla www.elpais.com 31/08/2007
Tres prestigiosos especialistas en antigüedades han sido detenidos. La Guardia Civil considera que podrían haber blanqueado 50 piezas griegas y romanas expoliadas con la ayuda de un marchante húngaro.
En el escaparate de uno de los comercios de la firma Félix e Hijo, dedicados a la venta de antigüedades en la ciudad de Sevilla, lucía ayer iluminada una estatua de grandes dimensiones de Dioniso, el dios del vino en la mitología griega. Esta pieza ha sido decomisada y da nombre a una operación desarrollada por la Guardia Civil en la capital hispalense que se ha saldado, de momento, con la detención de cuatro personas, tres de ellas de una misma familia sevillana -abuelo, padre e hijo-, propietaria de uno de los comercios de arqueología más prestigiosos de España. Están en libertad con cargos, acusados del supuesto expolio y contrabando internacional de más de cincuenta piezas de las épocas griega y romana, de incalculable valor arqueológico y económico.
Los detenidos sevillanos son Cesáreo Bernáldez Carvajal, de 74 años, conocido popularmente como Félix; su hijo Fernando Bernáldez Fernández, de 47 años, y su nieto, A. Bernáldez, de 25. Gracias a su actividad en los campos de la numismática, la arqueología clásica y las antigüedades de todo tipo, son personas muy conocidas en Sevilla y con gran prestigio nacional e internacional en estos mercados.
Según informó ayer el brigada Pastor, portavoz de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, más de cincuenta piezas -esculturas, bustos, cabezas romanas, lámparas, cerámica, collares, medallas, mosaicos y vasijas- fueron blanqueadas por estos tres comerciantes para su posterior exportación con la ayuda del cuarto detenido. Se trata de un ciudadano húngaro, cuya identidad se corresponde con las iniciales W. T. V., de 54 años, marchante de arte con contactos dentro de este mercado en todo el mundo. Esta persona les facilitaba la documentación falsa, obtenida en otros países con legislación menos estricta en este mercado, sobre las piezas supuestamente expoliadas. Con esta documentación, los comerciantes sevillanos solicitaron al Ministerio de Cultura permisos de exportación o para acudir a ferias internacionales sin levantar las sospechas de los funcionarios ante la apariencia de legalidad de las piezas que, en realidad, tenían una procedencia ilícita.
Con todo, estos comerciantes, según las pesquisas, cometieron un «error de bulto» que levantó las sospechas de la Guardia Civil. Los anticuarios sevillanos intentaron vender dos piezas al Museo Arqueológico Nacional, dependiente del Ministerio de Cultura. Son dos esculturas en mármol a tamaño real: el dios Dioniso que la Guardia Civil no trasladó del comercio sevillano debido a su gran peso -varios cientos de kilogramos-, y un atleta desnudo. Por ambas piezas, procedentes de expolios en yacimientos españoles, solicitaron a Cultura un millón de euros. Y una de ellas, la primera, aparece en diversa documentación intervenida en la Operación Tertis, en la que el Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil detuvo el pasado mes de febrero a 55 personas e intervino más de 300.000 piezas arqueológicas. Los detenidos fueron 30 expoliadores, 13 intermediarios en la venta de los objetos y 9 coleccionistas.
En los 68 registros domiciliarios se han intervenido objetos que pertenecen a las culturas ibérica, romana, visigoda y árabe, entre otras, procedentes de 31 yacimientos de Sevilla, Badajoz, Cádiz, Málaga, Huelva y Jaén. El dispositivo desplegado entonces, en el que participaron más de 200 agentes, puso al descubierto las distintas redes que colaboraban entre sí y a la inmensa mayoría de sus componentes, algunos de los cuales han sido sorprendidos cuando intentaban retirar precipitadamente los objetos expoliados de sus domicilios.
En el transcurso de las investigaciones de la Operación Dioniso, la Guardia Civil abortó también un envío que estos anticuarios intentaron efectuar a través del aeropuerto de Sevilla. En un bidón de basuras, perfectamente sellado, pretendieron exportar ilícitamente y sin declarar dos esculturas correspondientes a una Venus y a la cabeza de una diosa. Los compradores eran dos ciudadanos mexicanos que habían pagado días antes 100.000 euros por ambas piezas en España.
La operación, en la que se han efectuado cuatro registros -en tres comercios y una vivienda particular-, sigue abierta para conocer el origen de las piezas expoliadas y sus posibles compradores. Fuentes de la Guardia Civil sospechan que estas piezas fueron expoliadas de la misma forma que los detenidos en Tertis. Los expoliadores se desplazaban diariamente a diversos yacimientos que previamente habían localizado, provistos de sofisticados detectores de metales, planos cartográficos, manuales de excavación y otros útiles. Para conseguir mayor impunidad, procedían a su expolio aprovechando las horas nocturnas, en algunas ocasiones durante varios días consecutivos.
Los tres detenidos, que están en libertad con cargos, declararán en los próximos días ante el Juzgado número 2 de Marchena (Sevilla). El ciudadano húngaro fue detenido en Múnich (Alemania), y anoche fue extraditado. Tras su escala en el aeropuerto madrileño de Barajas, hoy está previsto que llegue a Sevilla.
Félix, socio fundador de la Asociación Española de Comerciantes en Numismática hace ya 25 años, entró en el círculo de las antigüedades especializado en arqueología clásica a finales de la década de los ochenta. Su hijo, licenciado en Historia del Arte y Arqueología Clásica en el Inchbald School of Design de Londres, obtuvo el título de Bachelor of Arts -licenciado en arte- tras defender con éxito su tesis sobre cerámica griega. Tras finalizar sus estudios, se incorpora a la firma Felix e Hijo en 1985. Desde entonces, Fernando Bernáldez, según reza la página web de esta empresa, «asesora las mejores y mayores colecciones de arqueología y fundaciones privadas de España y de Europa».
Estos comerciantes, que regentan tres comercios en las avenidas y calles más cotizadas del centro de Sevilla, informan de que venden en los últimos años muchas piezas al Ministerio de Cultura, al tiempo que destacan su participación en las mejores ferias de Europa.
Sus piezas, vendidas en el transcurso de los años, están repartidas por todo el mundo, como en el Metropolitan Museum de Nueva York, el Museo de Colonia, el Museo de Arqueología de Tokio y el Museo Nacional de Arqueología de Madrid.