Enrique Serbeto www.abc.es 23/09/2005
Albert Uderzo anunció en Bruselas la salida de su próximo álbum el próximo 14 de octubre. Sin desvelar detalles sobre las nuevas aventuras del célebre galo, el dibujante francés, de 78 años, promete que no serán las últimas.
BRUSELAS.El desembarco de Astérix en Bruselas marcó ayer el lanzamiento mundial del nuevo álbum del irreductible galo, cuyo contenido no se conocerá hasta el próximo 14 de octubre. Estrategia comercial obliga, los editores solamente han adelantado el título, que ¡por Tutatis! ha dejado a todos los aficionados con la boca abierta: «El cielo se nos cae encima». El dibujante Albert Uderzo se limitó a explicar que no es un viaje al estilo de la mayoría de los 32 anteriores, sino una historia que sucede en la aldea.
Lo único que los galos temían era que el cielo se desplomase sobre sus cabezas y, ahora, el padre de todos ellos ha querido que eso suceda, quién sabe si para convencerles de que sus temores son infundados o, sencillamente, para vender más ejemplares, que es a fin de cuentas lo que pretende. En el mayor secreto, el álbum está siendo impreso en toda Europa (en España en castellano y catalán solamente por ahora y a cargo de Salvat) y no será desvelado hasta el mes que viene cuando sea puesto a la venta. Pocas veces se habían visto presentaciones de un libro en ausencia del propio libro, las estrategias de márketing son cada vez más refinadas y el fenómeno Astérix, con sus aventuras traducidas a 103 lenguas, varias películas y un parque temático en las afueras de París, no puede escapar a las consideraciones estrictamente comerciales. El autor no soltó prenda a pesar de las muchas preguntas que se le hicieron, escudriñando hasta si tiene algún significado que haya en los juegos de palabras de la presentación un «sushi», como una alternativa a los clásicos jabalíes asados de Obélix. «Pues no lo había pensado en realidad», respondió Uderzo.
Un espejo de la primera portada
En la nueva portada, Astérix aparece dando uno de sus cósmicos puñetazos a un rayo, mientras que Obélix, en segundo plano, transporta apaciblemente su menhir, exactamente igual que si se hubiera puesto en un espejo la primera portada del primer álbum «Astérix el Galo». ¿Será que es la última?. «Nada de eso. Tutatis dirá si es el último, pero no se ha hecho para que lo sea», respondió Uderzo, que a sus 78 años está en plena forma y solamente pendiente de encontrar un buen tema para las próximas aventuras. Pero, eso sí, es seguro que un día habrá una última aventura, porque Uderzo, que aceptó seguir en solitario dando vida a un personaje que había sido creado mano a mano con René Gosciny después del fallecimiento de este último en 1977, tiene claro que nadie más puede continuar tras él. «Astérix seguirá vivo a través de los álbumes, de las películas, de las cosas que queden, pero, aunque parezca pretencioso por mi parte decir que nadie más puede hacerlo, las experiencias que se han conocido han dado malos resultados. No quisiera que el lector pudiera sentirse decepcionado porque el personaje haya cambiado de una forma que acabe con la imagen que se tiene de él».
Y, aunque la presentación tuvo lugar a pocos metros de la sede bruselense de la Eurocámara, a Uderzo no le han dado ganas de pensar en un posible título como «Astérix en la Comisión Europea» o «La directiva de servicios de los druidas». Aunque algunos le querían poner etiquetas políticas al bajito y bigotudo galo, que con su gordinflón amigo Obélix se enfrenta a los imperialistas romanos, su autor afirma que, «en realidad, son historias que se dirigen a los niños y no sería bueno que se les inculquen ideas políticas de ningún signo».
En el país de «Tintín»
El último álbum, «Astérix y la Traviata», salió en 2001 con siete millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. El de este año sube a 8 millones sólo en Europa y además se pretende que todos ellos sean numerados, un desafío tecnológico para las editoriales y una golosina para los coleccionistas. Los belgas no renuncian a considerarse como los propietarios nacionales de la imagen de «Tintín», el personaje rival de Astérix en las preferencias de los lectores, pero ante todos son celebrados entusiastas del cómic y por ello han preparado toda una serie de festejos para acompañar la presentación. Una exposición que se anuncia como «la mayor que se ha realizado sobre Astérix en la era cristiana», lo cual es un interesante juego de palabras tratándose de un personaje que ya tiene 46 años y ni una sola cana, pero que se supone que vive hace 20 siglos.
Sin embargo, el resultado no es más que la modesta exhibición de la colección de un fanático llamado Marc Jallon, francés residente en Bruselas, que para redondear su curiosa afición anda vestido y peinado como si fuera un contemporáneo de Astérix. Jallon puede pasearse con toda comodidad por las calles de la famosa aldea gala, que será recreada por completo nada menos que en medio de la Gran Plaza de Bruselas. El célebre «Manekenpis» será vestido de galo, como si fuera el chiquillo protagonista de «El hijo de Astérix», y el servicio belga de correos emitirá una serie especial de sellos. El programa promete «por fin» la distribución de la famosa poción mágica, pero que los belgas son los mejores maestros haciendo estupenda cerveza es algo que hace tiempo se sabía.