DPA | Roma 31/07/2011
La que fuera la soberbia residencia de verano del emperador Adriano (76-138), es hoy Patrimonio de la Humanidad, pero un complejo arqueológico en mal estado.
«Villa Adriana», la que fuera la soberbia residencia de verano del emperador Adriano (76-138), es hoy Patrimonio de la Humanidad, pero un complejo arqueológico en mal estado. Ubicada al noreste de Roma, la que fuera la residencia de emperadores se encuentra en mal estado de conservación y varias de sus ruinas corren peligro de convertirse en un montón de escombros.
Los críticos lamentan la «desatención» por parte del gobierno. Durante 2010, el primer ministro, Silvio Berlusconi, fue duramente criticado por sus drásticos recortes en el presupuesto de cultura. Entonces el ministerio tenía la intención de que Villa Adriana recibiese lo que necesitaba, pero hasta la fecha apenas ha llegado dinero. Y al igual que ocurre en los destinos culturales mal conservados del país, el interés de los turistas también remite.
En uno de esos calurosos días de verano «Villa Adriana» parece un lugar casi muerto. Una japonesa solitaria sentada cerca de las ruinas contempla una de las tortugas que chapotea en el estanque del pecile.
Unos metros más adelante, hay una escalera de piedra donde se ha montado el cartel «pericolo di crollo» (peligro de derrume). Si la japonesa no habla italiano, no entenderá el cartel y ese tipo de advertencia se repite en numerosas partes del ahora centro arqueológico. Los restos del complejo imperial construido entre el año 117 y 138 después de Cristo a menudo no son un placer sino que cada vez constituyen más un peligro.
Este conjunto monumental en Tívioli, que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1999, necesita de verdad una restauración a fondo como muchos otros tesoros históricos de Italia.
Según la última estimación de los administradores, se precisarían al menos 2,5 millones de euros (3,5 millones de dólares) y hasta la fecha el Ministerio de Cultura tan sólo ha liberado 370.000 euros. «Es ridículo. Con eso apenas hay dinero para limpiar el recinto», comentó un miembro del comité de cultura regional. Sin embargo, el ministro de Cultura, Giancarlo Galan, rechaza las acusaciones.
«Para la Villa Adriana hay cuatro millones de euros (5,7 milloens de dólares) reservados», comentó Galan enojado por las críticas aparecidas en medios de comunicación. El dinero que falta, según el ministerio, se aportará de una partida de 20 millones de euros de la ciudad de Roma, pero en la capital italiana dicen no saber nada del tema. «La ‘villa’ no entra en nuestras competencias», explica un funcionario del consejo de cultura romano a dpa.
La restauración es un asunto del Estado y uno de los municipios. Claro está que falta dinero y no sólo en Tívoli, porque Italia está muy endeudada, agregó el funcionario. A principios de año, el predecesor de Galan, Sandro Bondi, hizo unas desafortunadas declaraciones sobre la antigua ciudad romana de Pompeya, una de las más emblemáticas ruinas del país, cuando tras unas fuertes lluvias una de las antiguas casas se derrumbó.
Tras una fuerte polémica con repercusión internacional, el ministro de Cultura acabó dimitiendo. También el Coliseo pide a gritos una renovación desde hace tiempo.
Pero la arcas vacías han empujado al gobierno a buscar el patrocinio privados. Y con éxito: en tanto, uno de los emblemas de Roma, se está restaurando con el dinero de un fabricante de zapatos. A cambio, esta empresa puede utilizar el famoso monumento con fines publicitarios.
Recientemente el «Corriere de la Sera» informaba que el complejo imperial a las puertas de Roma de «Villa Adriana» recibió en 2010 un 40 por ciento menos de visitantes.