Málaga www.terra.es 05/12/2007
La calle Alcazabilla se convertirá durante ocho meses en una zona arqueológica y viva gracias a un proyecto prometedor que acaba de ponerse en marcha y con el que se pretende que este espacio sea el escaparate al aire libre de los orígenes de la ciudad. Durante el tiempo que duren las excavaciones, los ciudadanos podrán contemplar en directo las tareas de los especialistas y la evolución de los descubrimientos desde un pasillo que se instalará por la acera de los jardines de Ibn Gabirol y que se complementará con unos paneles explicativos en el área del Jardín de las Alegorías.
Este plan de excavación, con el que se intentan sacar a la luz restos de más de 28 siglos de antigüedad hasta principios del XX, se lleva a cabo conjuntamente entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga. Del resultado de los hallazgos y su valor dependerá en gran medida el plan de reordenación de esta calle, hoy en día peatonal y que durante muchos años soportó un intenso tráfico de vehículos. A pesar de este último detalle, los expertos estiman que las piezas históricas se encuentran en buen estado de conservación.
Los trabajos, cuyo presupuesto asciende a 468.756 euros que serán financiados a partes iguales por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento malagueño, durarán ocho meses: seis para las labores de campo y otros dos para su estudio y valoración. Durante las tareas, que comenzaron el pasado 30 de noviembre y finalizarán, previsiblemente, el 30 de mayo de 2008, se abrirá una zanja de 55 metros de largo por 12 de ancho desde la calle Cilla hasta la esquina con Marquesa de Moya.
Hermanos Campano es la empresa adjudicataria de las labores, que contarán con la supervisión de un equipo de cinco arqueólogos. Por su parte, los arquitectos directores del proyecto, Manuel Corrales y Carmen Peral, manifiestan a pie de obra que esperan descubrir a un nivel superficial restos de las factorías romanas de salazones y de piletas de garum, un condimento alimenticio que se exportaba a las principales ciudades del imperio romano y que los habitantes de la antigua Roma consideraban como un alimento afrodisíaco. Tampoco descartan el hallazgo de vestigios de las construcciones existentes en la ciudad en las primeras décadas del siglo XX, así como los raíles del tranvía que, desde 1930, circuló por esta céntrica vía. Por último, esperan llegar a una capa más antigua, que correspondería a la etapa fenicia y en la que se desenterrarían trozos de la muralla.
Tal y como explica el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, Manuel Díaz, el objetivo de este proyecto es el estudio de la evolución de la Málaga fenicia, romana e islámica en pleno corazón del centro histórico de la ciudad contemporánea, para la puesta en valor de la calle Alcazabilla y su entorno. Según el edil, en esta vía que discurre entre el Teatro Romano, el Museo Picasso y el futuro Museo de Málaga puede encontrarse el asentamiento fundacional de la ciudad original. ‘La idea es saber lo que tenemos bajo nuestros pies, su importancia y su estado de conservación, de forma que cuando se lleve a cabo la urbanización definitiva de esta vía tanto los malagueños como los visitantes puedan contemplar un valor cultural y patrimonial que debe ser considerado como un motor económico y nunca como un lastre’, añade.
Este proyecto ‘prometedor e ilusionante’, tal y como lo califica el delegado provincial de la Junta de Andalucía, Francisco López, será vital para la ordenación de esta zona de la ciudad. López también hace mención a los recientes descubrimientos arqueológicos en el Museo Picasso Málaga, porque a su entender ‘nos cambia el paradigma de interpretación del nacimiento del origen de la ciudad y además será esencial para su futura reordenación’.
Una vez finalizadas las obras, la calle Alcazabilla y su entorno lucirán en su conjunto como uno de los espacios más interesantes a nivel cultural y arqueológico de la ciudad. No en vano, en esta zona se encuentran algunos de los monumentos más destacados de la ciudad, como la Alcazaba, el Museo Picasso y el Teatro Romano, donde ya se ha habilitado un centro de interpretación, y el futuro Museo de Málaga, que se ubicará en el Palacio de la Aduana.
Por otra parte, durante el desarrollo de los trabajos -consisten, en un primer tramo, en el levantamiento del asfalto de la calle para las posteriores excavaciones arqueológicas- se ofrecerán explicaciones a todas las personas que lo deseen y además se llevará a cabo una campaña de difusión entre los colegios e institutos.