León | EFE 25/03/2010)
Las excavaciones en la muralla de León, donde se ha hallado uno de los yacimientos lapidarios más relevantes del norte de Hispania, ha puesto de manifiesto que la longevidad en época romana no era siempre tan corta como se cree, al aparecer una inscripción de una persona fallecida a los 110 años.
En virtud de estas excavaciones, han salido sesenta lápidas que constituyen un auténtico archivo de lo que era la población romana de entre los siglos I y III, según ha explicado hoy en rueda de prensa la edil de Patrimonio del Ayuntamiento de León, Evelia Fernández, que ha presentado un avance de la investigación junto al responsable del Plan Director de la Muralla, Melquiades Ranilla.
En estas lápidas, «aparecen casos de gran longevidad», como la de una persona que muere a los 110 años, lo que implica que «las condiciones de vida tampoco eran muy malas» por entonces en este lugar, según la edil.
La colección hallada en la muralla de la ciudad tiene gran importancia, porque aumenta el conocimiento de la población romana desde los siglo I y el III y arroja más datos sobre la propia historia de la ciudad.
En estas lápidas, han aparecido inscripciones con nombres de personas, su origen y condiciones de vida, datos que se están analizando y que describen aspectos como que «la mortalidad era prematura, pero no siempre».
Así, se han hallado estelas, aras y placas, en total un centenar de fragmentos, algunos de hasta 2,5 metros y de 500 kilos de peso. Los trozos más pequeños miden 400 centímetros y pesan 400 gramos, los más ligeros.
Entre los hallazgos, se encuentran elementos de distintos materiales, mármoles de diversos colores, caliza, piedra arenisca, entre otros, además de restos de fragmentos que se están estudiando.
En estos momentos, se están restaurando los trozos hallados y el objetivo es que se puedan contemplar en un futuro en el Museo Provincial de León, que custodia otro centenar de lápidas.
Entre la colección de lápidas de León y las de la localidad leonesa de Astorga, se puede decir que la provincia custodia «la colección más interesante del norte de la Hispania», según Ranilla.
Para poder difundir lo encontrado, se han realizado dos estudios, uno fotográfico, en tres dimensiones, que permite al público contemplar lo hallado en todas sus magnitudes, con sus profundidades, caracteres, faltas y roturas.
Además, en segundo lugar, se está haciendo la restitución fotogramétrica de cada uno de los elementos hallados, con lo que se ofrece una reproducción exacta de cada una de las piezas, en todas sus caras y sin deformaciones.
Entre los hallazgos presentados hoy, figuran una estela decorada en su cabecera con una gran roseta, de caliza y con unas dimensiones de 1,20 de alto, 61 centímetros de ancho y una profundidad de 17 centímetros.
En ella se hace referencia a un hombre que se llamaba «Septiminus», que murió a los 43 años, cinco meses y veintitrés días, un monumento que le ha dedicado su esposa, «Iulia Restituta», a su «inmejorable marido», tal como figura en la propia inscripción.
Esta colección no es única en el mundo, pero «sí está entre las buenas», ha dicho Ranilla, que ha destacado que su importancia radica más que en su número, en la información institucional y militar que contiene.
La presencia de estas lápidas se detectó hace aproximadamente un año, durante el proceso de restauración de las murallas, en el lienzo este de las mismas.
Allí, se detectó primeramente la presencia de al menos una veintena de lápidas que se integraban en el muro, por lo que se acordó iniciar un proceso para la extracción de los materiales arqueológicos ubicados allí.
Las excavaciones comenzaron el pasado 20 de enero y ahora se da por concluida, aunque prosiguen las investigaciones sobre los hallazgos.