Santiago Belausteguigoitia | Sevilla www.elpais.com 25/07/2009

Arqueólogos hallan dos villas y un enterramiento en Alcalá de Guadaíra.

Nuevos descubrimientos ayudan a conocer mejor la historia del Imperio Romano en la Bética. El hallazgo de dos villas y unos enterramientos son el reciente fruto de los trabajos arqueológicos en unas obras de circunvalación de la SE-40. Los hallazgos se han realizado en el término municipal de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), cerca de la urbanización de Torrequinto.

Una de las villas romanas, que data de entre los siglos I y II, funcionaba como un molino de aceite. La otra villa se remonta al siglo IV y, presumiblemente, estaba dedicada a actividades agropecuarias (cría de ganado, producción de cereales…). Los enterramientos incluyen cremaciones comprendidas entre los siglos I y II e inhumaciones que datan del siglo IV.

Sebastián Corzo, arqueólogo que coordina los trabajos de la empresa Arqueosub Andalucía en las dos villas y el enterramiento, cree que todavía habrá nuevos hallazgos. «Los trabajos empezaron en septiembre. No sabemos cuándo acabarán, ya que cada vez que excavamos sale algo nuevo. Nos queda todavía por excavar un edificio de la villa del siglo IV y otra villa que está al otro lado de la carretera», comenta Corzo, que coordina a un equipo de 20 personas.

«La villa que data de entre los siglos I y II era un molino de aceite. Se ha conservado el torcularium, una estancia donde se prensaba la aceituna, y las piletas de decantación del aceite. Todo el sistema de producción del aceite aparece reflejado en la estructura de esta villa», detalla Corzo.

«La villa del siglo IV se ha cavado en extensión. Tenemos el patio, la distribución de las estancias y las cimentaciones. Tenemos casi toda la planta de lo que era esta villa, cuyo carácter era rural», agrega el arqueólogo. Esta villa carece de frescos y mosaicos. No era, pues, una villa señorial. En ella se han encontrado pequeñas monedas de bronce.

Los hallazgos comprenden asimismo unos 120 enterramientos. «La mitad son cremaciones de adultos de los siglos I o II. También hay inhumaciones de niños que datan de ese periodo. El resto de enterramientos corresponde a inhumaciones posteriores de adultos y niños», señala Corzo. El rito de la inhumación se generalizó en el Imperio Romano a partir de finales del siglo II y principios del siglo III.

El ajuar de los muertos es muy pobre. «El ajuar consiste en algún cacharrito de vidrio, alguna jarrita de cerámica, un anillo de hierro y alguna moneda muy deteriorada, mal conservada y que ha circulado mucho. Los restos hallados pertenecen a gente de clase baja. Seguramente, pertenecen a las personas que trabajaban en la villa de entre los siglos I y II. Entre ellos podía haber esclavos y hombres libres», dice el arqueólogo.

El destino de los hallazgos no está fijado del todo. «El molino de aceite se va a conservar bajo el carril de servicio. Se va a elevar la rasante del vial de servicio. No sabemos qué pasará con la villa del siglo IV. El ajuar se documentará y restaurará antes de entregarlo al Museo Arqueológico Provincial», concluye el arqueólogo.