Pablo Sierra | Eivissa www.diariodeibiza.es 16/07/2008
El solar de sa Capelleta de Vila, en el que se encuentran restos arqueológicos de las épocas fenicia, romana y árabe, se convertirá en museo en un futuro próximo. El Consell Insular, con el apoyo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, ha adquirido el terreno, en el que se realizan excavaciones arqueológicas desde el año 2002 que concluirán el próximo septiembre. Una vez acabadas las excavaciones, comenzarán las obras del museo que reunirá a las tres culturas que colonizaron Eivissa.
El solar de sa Capelleta, en el centro de Vila, se convertirá en un futuro próximo en un museo arqueológico. El Consell Insular de Eivissa transformará el solar donde se encontraron restos púnicos, romanos y árabes en 2002 en un pequeño museo en el que se podrá contemplar el yacimiento. Para llevar a cabo esta tarea, el Consell cuenta con el apoyo económico de la Unión Europea, que por medio del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) financiará la mitad de la compra del solar de sa Capelleta.
En total, la parcela costará 570.000 euros, cantidad que incluye también el coste de las tareas de excavación y limpieza que se están efectuando actualmente y que acabarán en septiembre. Los todavía propietarios de la finca han sufragado estos trabajos y el presidente del Consell, Xico Tarrés, les ha querido agradecer las facilidades que han puesto a la hora de vender el terreno a las instituciones.
«Las próximas semanas firmaremos el traspaso de sa Capelleta. Nuestra idea era también adquirir la parcela de aquí al lado, que también posee restos arqueológicos. Finalmente, no hemos podido porque las obras que se están haciendo en ese solar ya están muy avanzadas», afirmó Tarrés, que recalcó que el patrimonio tiene que estar «bien tratado».
Una vez traspasado el terreno y acabado el trabajo arqueológico, se acondicionará el yacimiento para convertirlo en un pequeño museo. «Colocaremos unas pasarelas para permitir el paso a los visitantes. También se colocará una cubierta para protegerlo de las inclemencias del tiempo. Los visitantes también dispondrán de paneles y gráficos en los que se les explicarán todos los datos referentes a las ruinas», explicó Tarrés.
El presidente del Consell, acompañado por la consellera balear de Comercio, Industria y Energía, Francesca Vives, y el director general de Feder, Jaume Garau, no perdió detalle de las explicaciones que le daban los arqueólogos que están finalizando los trabajos en sa Capelleta. Francesca Vives afirmó que desde el Govern se seguirá apoyando a los consells en la recuperación de patrimonio porque es «un objetivo de la legislatura».
Púnicos, romanos y árabes
El principal atractivo de este yacimiento, que tiene una extensión de aproximadamente 500 metros cuadrados, es que reúne en un solo lugar a las tres culturas que poblaron Eivissa desde la Edad Antigua hasta el siglo XIII. A pesar de ocupar el mismo lugar, fenicios, romanos y árabes utilizaron este emplazamiento para usos diferentes.
Al parecer, la civilización púnica construyó en sa Capelleta un santuario que estaba a medio camino entre el poblado de Dalt Vila y la necrópolis de Puig des Molins. Los arqueólogos que han trabajado en sa Capelleta ven una posible y lógica relación entre el templo y la necrópolis fenicia. Estas ruinas tienen la particularidad de ser las únicas encontradas de un templo púnico ya que se desconoce el emplazamiento de otros lugares de culto en la acrópolis de Dalt Vila y tampoco han llegado otras ruinas en buen estado hasta nuestros días.
Sin embargo, del santuario se conservan la parte baja de sus muros, construidos de piedra seca y con una altura que oscila entre un metro y metro y medio. Los restos de cerámicas y terracotas que se han encontrado en el solar consolidan la hipótesis del templo. Las vasijas son de importación, muy poco usuales en los yacimientos púnicos de Eivissa, lo que denota que las ruinas de sa Capelleta albergaron un centro de poder, en este caso religioso.
Precisamente, el antiguo santuario se convirtió en cementerio con la llegada de los romanos a Eivissa. Diecisiete tumbas se han conseguido recuperar de esta época. Por último, los árabes construyeron una calle que cruzaba diagonalmente el solar y que contaba con un completo sistema de desagüe. Dentro de los nichos romanos se han encontrado diversos objetos como piezas de vidrio. Una de las tumbas exhumadas fue utilizada en múltiples ocasiones. El último funeral que se efectuó fue el de una niña que fue enterrada junto a un collar de pedrería, un brazalete, dos anillos y pendientes. Más de dos mil años después todas esas piezas han sido encontradas durante la excavación.
Los árabes trazaron una calle que cruzaba de punta a punta la parcela de sa Capelleta, con casas a ambos lados. La antigua calle musulmana poseía un desnivel en el centro para drenar las precipitaciones y desagüar el agua que salía de las casas. Los edificios estaban construidos con una mezcla de piedra y barro y tenían una distribución muy compleja, con abundantes estancias interiores. Otra de las particularidades del yacimiento árabe es la presencia de dos pozos negros, algo poco común en los arrabales de las ciudades islámicas. En uno de ellos se han llegado a encontrar restos de frutas, que se habían conservado al quedar dentro del pozo.