Antonio Cantudo 11/09/2017
Acabó el Sexi Firmum Iulium y toca hacer balance de la novena edición que ha sido por muchas razones la más redonda de todas. Antes de cualquier consideración hay que dar las gracias a todas la personas que han puesto su grano de arena para que el certamen se haya realizado y haya resultado un auténtico éxito.
Hay que comenzar dando las gracias a la Concejalía de Cultura y Educación y a su titular, Olga Ruano, por haber apostado de forma valiente por saber unir en este festival ambos extremos: la cultura y la educación, y salir del embrollo de la forma más airosa posible.
Pero el agradecimiento no queda ahí. Agradecer tambien a todos los trabajadores de la concejalía que han logrado poner en pie el acontecimiento pese a las muchas molestias que supone trabajar en un espacio increíble pero que solo se usa para esta ocasión. Y también al buen hacer de todo el equipo de Antelec, con Roberto Joya a los mandos, que cada año se supera en la calidad del equipamiento que nos ofrece y siempre con la mayor de las atenciones. Prueba de ello es que todos los técnicos y directores de los grupos que nos acompañan me recuerdan felicitarle por su trabajo. Hay que recordar también la labor del grupo local Dionisos, con Margarita Saldivia a la cabeza, que cada noche ha hecho una elegante labor de ambientación y de inspiración al público porque desde el minuto cero les sumergía en el mundo grecolatino. Por último añadir la labor de los medios de comunicación locales y especialmente a Juan Manuel de Haro que se han volcado para que tuviera la repercusión necesaria.
Y ahora sí entremos en detalle. Ha sido la más completa primero porque la programación ha sabido conjugar por un lado la calidad y por otro el gusto del público. Todas las actuaciones han dejado un muy buen sabor en el paladar de los asistentes y por otro se han visto representaciones de altísimo nivel en las tablas de acueducto romano de Almuñécar. Segundo porque la experiencia de años anteriores ha servido para que cada vez sea más cómodo y asequible el acceso al recinto, que no olvidemos es maravilloso, pero no deja de ser un espacio arqueológico con todos los impedimentos que eso supone. Y tercero porque hemos sabido escuchar las aportaciones que se nos han hecho en ediciones anteriores para mejorar en la medida de lo posible.
Y además seguiremos escuchando para próximas ediciones porque nuestra intención es conseguir que el Sexi Firmum Iulium se convierta en un referente del teatro grecolatino en la provincia de Granada y sobre todo que se consolide definitivamente como lo ha hecho el Festival de Jazz en la costa. Y lo queremos así porque creemos, sinceramente, que Almuñécar, por su historia y su patrimonio, se merece un acontecimiento de estas características.
Lo dicho un millón de gracias por permitr a unos y a otros que los sueños se hagan realidad. Nos vemos en la décima edición que promete ser apasionante y en la que ya estamos trabajando.