Ferrán Gerhad / Tarragona www.elperiodico.com 13/09/2005
La señalización de rutas y la incorporación de vegetación han costado 1,8 millones.
El acueducto romano de Tarragona, conocido popularmente como Pont del Diable, y su entorno se han convertido en un parque ecohistórico después de que en los últimos meses se haya recuperado la vegetación y señalizado las rutas, a pie o en bicicleta, que pueden hacerse. Las reformas llevadas a cabo, que han costado 1,8 millones, forman parte de un proyecto que requerirá de una inversión superior a los 6 millones y que prevé restaurar el acueducto el 2006.
Una media de 5.500 personas al mes visitan la zona y desde mayo hasta final de año se espera que lo hagan 4.000 escolares. "Queremos conjugar actividades ligadas a la naturaleza con la difusión del mundo del agua hace 2.000 años y el papel jugado por el acueducto", explicó ayer Maria Mercè Martorell, concejala de Patrimonio.
CANTERAS
Durante la labor de limpieza se han hallado 14 canteras alrededor del puente, por lo que "queda claro que sus constructores, en el siglo I, sacaron la piedra del lugar y no la trajeron, como se creía, del Mèdol, a varios kilómetros de distancia", desveló Martorell. Lluís Piñol, director del Museu d’Història, avanzó que "dos de las canteras ya se pueden visitar, aunque la intención es que lo puedan ser la mayoría". También se han recuperado tramos de canalizaciones perdidos en la montaña.
El parque cuenta con un centro de información, construido en la antigua casa del guarda. Además, hay un campo para practicar el tiro con arco y hasta se narran las leyendas relacionadas con el Pont del Diable. "La zona desempeña la función de pulmón verde entre los barrios de Sant Pere i Sant Pau, Sant Salvador y Sant Ramon", afirmó Piñol.