Los arqueólogos descubren en la antigua ciudad romana un espacio que vierte luz sobre el lado más impactante de la esclavitud en la Antigüedad.
David Barreira www.elespanol.com 08/12/2023
El yacimiento de Pompeya vuelve a desvelar una imagen fascinante y estremecedora sobre el mundo romano. Las excavaciones en una zona central de la antigua ciudad devorada por el Vesubio en el año 79 d.C. han sacado a la luz una «panadería-cárcel», un pequeño y estrecho espacio en el que los esclavos, con ayuda de burros atados al suelo y con los ojos vendados que caminaban durante horas haciendo girar las ruedas de moler, fueron confinados para trabajar el grano y fabricar pan. Se trataba de una zona de producción sin vistas al mundo exterior, solo con unas pequeñas ventanas enrejadas en lo alto de la pared por las que se colaba algún rayo de luz.
«Es, en otras palabras, un espacio en el que tenemos que imaginar la presencia de personas de estatus servil cuya libertad de movimiento fue restringida por el propietario», explica Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, en un artículo académico publicado este viernes en el E-Journal de las excavaciones en el yacimiento. «Es el lado más impactante de la antigua esclavitud, el que carecía tanto de relaciones de confianza como de promesas de manumisión, donde todo se reducía a la violencia brutal, una impresión que se confirma totalmente asegurando las pocas ventanas con rejas de hierro».
«Las fuentes iconográficas y literarias, en particular los relieves de la tumba de Eurisaces en Roma, sugieren que la piedra de molino era movida normalmente por una pareja formada por un asno y un esclavo. Este último, además de empujar la piedra de moler, tenía la tarea de incitar al animal y el seguimiento del proceso de molienda, la adición del grano y la recogida de la harina», describe Gabriel Zuchtriegel.
«Son espacios como este los que también nos ayudan a comprender por qué hubo quienes creyeron necesario cambiar ese mundo y por qué en los mismos años Pablo, miembro de un pequeño grupo religioso, quien luego fue canonizado, escribió que es mejor ser todos servidores, douloi, es decir, esclavos no de un amo terrenal, sino de uno celestial», cierra el director del Parque Arqueológico.
Las primeras excavaciones en el área se iniciaron a finales del siglo XIX, pero fueron interrumpidas. Hasta esa época la zona se había utilizado como área de cultivos y los invernaderos de los agricultores se mantuvieron hasta 2015. En esa primera fase se documentaron parcialmente dos edificios que fueron transformados en talleres de producción en el siglo I d.C. Los arqueólogos han podido determinar que se trata de una lavandería (fullonica), con mesas y pilas para lavar y teñir ropa; y de una panadería con horno que disponía de diversos espacios para la elaboración y venta de los alimentos.
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