Jacinto Antón www.elpais.com 30/09/2013
Santiago Posteguillo compara las carreras de cuádrigas retratadas en su última novela `Circo Máximo´ con las del piloto asturiano.
Espada en mano
Le digo a Posteguillo (Valencia, 1967), nuestro gran autor de best seller romanos, que tengo un gladio, la espada de las legiones (es una copia moderna, un regalo). ¿Sopesarla contribuye a entender el éxito de Roma, su poder militar? “Sí, como tomar un escudo o ponerse un yelmo de gladiador; tocar la historia ayuda. Mucho. ¡Yo también tengo un gladio!”.
Pregunta. En su nueva novela, Circo Máximo,narra usted de forma electrizante una carrera de cuadrigas. ¿Qué hubiera hecho Fernando Alonso como auriga?
Respuesta. Hubiera ganado siempre.
P. Vaya. ¿Hasta a Ben-Hur?
R. Sin duda. Hubiera usado esa técnica que explico en el libro, el diversium: los aurigas intercambiaban el carro con el del rival y ahí Alonso sería imbatible. ¡Imagínatelo con el Red Bull de Vettel!
P. ¿Se parecían realmente las carreras del circo a la fórmula 1?
R. En parte sí, en la emoción que desataban, en el dinero que movían. Había diferencias, claro. Eran mucho más peligrosas. Los aurigas se jugaban la vida en cada giro. Un asunto sanguinario, y eso gustaba.
P. ¿Cree que Ben-Hur reflejaba bien ese mundo?
R. En algunas cosas. Las dos películas más famosas que se han hecho sobre la novela son muy buenas: la de Ramón Novarro y la de Charlton Heston. Las he vuelto a ver varias veces para inspirarme.
P. Debe preferir usted más a Mesala que a Ben-Hur. Era el malo, pero era más romano.
R. Ah, no, yo voy con Ben-Hur siempre, Mesala me es muy antipático. Era muy mala gente.
P. Hablando de hijos de puta. Se ve que Catón lo era. No lo digo yo, válgame Júpiter, lo dice, con esas palabras, el historiador Jerry Toner, de la Universidad de Cambridge.
R. Sí. Catón era un desalmado, recomendaba deshacerse de los esclavos viejos. Hubiera sido muy apreciado por el Fondo Monetario Internacional. Era muy culto, eso sí, y moralizaba como nadie… sobre los demás. Con Escipión se excedió, y eso me lo tomo como algo personal. Añade que Adriano, pese a la Yourcenar, era un miserable en la intimidad, incluso maltratador.
P. Suetonio relató la vida de 12 césares, de Julio a Domiciano, en menos de 300 páginas. Usted le lleva dedicadas a uno solo, Trajano, 2.400, y aún vamos por el segundo volumen de la trilogía, este Circo Máximo. Jope.
R. Sí, son unas cuantas páginas, pero procuro que por muy largo que resulte sea siempre muy entretenido. Y didáctico, aunque no de manera enervante. En fin, no puedo olvidar mis 20 años de oficio de profesor.
P. ¿Trajano se lo montaba con un mimo?
R. Eso dicen las fuentes. Y con muchachos, aunque no los maltrataba como Tiberio. Tuvo problemas con el alcohol, pero fue un gran emperador que, por cierto, luchó contra la corrupción.
P. ¿De no haberse producido la derrota de Teutoburgo y el abandono de la romanización de Germania habríamos tenido a Shopenhauer, a Hitler, a Merkel?
R. A Merkel seguro que no. Los alemanes no nos entienden. Nos han mirado siempre por encima del hombro. Lástima que los romanos se echaran atrás. Entre los europeos romanizados nos llevamos mejor.
P. Aún estoy bajo el impacto de la nueva temporada de Spartacus. ¡La sangre salpica fuera de la pantalla! Y el sexo, uf… ¿Era tan así el sexo romano?
R. No he visto la serie. La romana era una sociedad con muchos matices. Cosas buenas y malas. Los acueductos, el derecho, por parafrasear La vida de Brian. Pero también cosas muy oscuras.
P. El sexo…
R. Lo vivimos de forma diferente. Nos puede resultar extraño que, por ejemplo, no distinguieran entre homosexualidad y heterosexualidad masculinas sino entre actitud activa y pasiva en la penetración. Lo primero no suponía ningún problema, lo segundo era indigno de un ciudadano romano. Hoy esta distinción no la tenemos, allá cada uno. Y la felación les parecía deshonrosa: una patricia romana nunca debía practicarla.
P. Vía Apia, ¿Via Catalana?, ¿entenderían la independencia de una provincia?
R. No, imposible, inasumible para ellos. Quizá militarmente, si fuera un asunto muy costoso. Se dejó libertad a Armenia, por ejemplo, como Estado tapón entre Roma y su mortal enemigo Partia. Pero Roma era un imperio muy centralizado.
P. Menciona usted un menú con loros hervidos y albóndigas de delfín. ¿Se hubiera sorprendido un romano en elBulli?
R. No. En realidad Ferran Adrià habría disfrutado cocinando para los emperadores.
P. ¿Le habría apreciado Nerón?
R. Oh, y tanto. Las clases altas romanas tenían mucho paladar.
FUENTE: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/30/actualidad/1380544592_704157.html