Tulio Demicheli / Madrid www.abc.es 18/11/2005
También se premia a Luisa Fernanda Garrido Ramos, directora del Instituto Cervantes de Sofía, por su versión de «El kapo», del serbio Aleksandar Tisma.
Nada más saberse ganador del premio —«al que no me he presentado, que quede claro, porque yo nunca me presento a nada»—, Francisco Rodríguez Adrados (profesor emérito de la Complutense, presidente de la Asociación Española de Estudios Clásicos, académico de la Española y de la Historia) se mostró «muy agradecido, pues llevo más de cincuenta años dedicándome a traducir y me tenían un poco olvidado». Aunque sean mucho más conocidas sus traducciones del mundo grecolatino, también ha frecuentado la cultura indoeuropea: «Pues sí, del sánscrito he traducido el “Bhagavadgitá” y “Nala y Damayanti”, que es un episodio amoroso del “Mahbarata”; del pácrito, que es el indio medio, traduje “Los edictos de la Ley Sagrada” , que son los textos que conducen a la virtud del rey Asoka», señaló a ABC.
Pero no sólo la Antigüedad centra sus preocupaciones, pues ha dedicado mucha energía y coraje al mundo de la enseñanza desde los años 70, cuando se promulgó la Ley Villar Palasí, de la que fue tan crítico como lo ha sido de la LOGSE aprobada cuando gobernaba Felipe González. «Yo le pedí al PP que acabara con ella, pero no se atrevieron; la enmendaron con la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE), que algo mejoraba las cosas, pero los socialistas la congelan y ahora se la van a cargar con la Ley Orgánica de Educación (LOE) que están elaborando».
El nefasto «influjo de los pedagogos»
Rodríguez Adrados cree que el progresivo deterioro de la enseñanza se debe, entre otros factores, a «los cambios sociales habidos durante estas décadas; al influjo de los “pedagogos” en los Gobiernos; a que la extensión de le educación a todos los ciudadanos se ha hecho a costa de abaratar contenidos y exigencia; al igualitarismo frente a la emulación. Y todo ello es algo que también pasa en el mundo anglosajón y en el de habla francesa, como señala Jacqueline Romilly con argumentos similares a los míos. En fin, se quejan de que la enseñanza privada se come a la pública y no se dan cuenta de que están espantando a los niños de colegios e institutos por el bajo nivel». En cuanto a la manifestación habida el sábado pasado, cree que «ha sido un error centrarlo todo en las clases de religión, porque los problemas de la enseñanza son mucho mayores».
En fin, todo ello ha llevado al «hundimiento de los estudios clásicos y olvidamos quién inventó la Universidad para todos: Platón; y olvidamos quiénes inventaron la democracia: los griegos. Sin embargo, el público compra los clásicos grecolatinos, como lo demuestran las ventas de Gredos y de “Alma Mater” (CSIC) y va a ver sus obras de teatro cuando se representan».