Tatiana Márquez www.elmundo.es 22/12/2015
Un profesor de la Universidad de Navarra imparte sus clases íntegramente en esta lengua. Los alumnos, además, interactúan con espadas o sombreros, objetos que tienen que ver con los textos que tratan en clase.
La lengua por excelencia del Antiguo Imperio Romano vuelve a cobrar vida en algunas clases de la Universidad de Navarra. El profesor de Filología Latina Álvaro Sánchez-Ostiz, que imparte la asignatura Lengua Latina y su cultura, entre otras, es el culpable de que muchos alumnos de primer grado de Filología Hispánica y de Filosofía sean capaces de hablar latín como quien aprende cualquier otro idioma extranjero.
"Los alumnos sufrieron una especie de shock el primer día porque las clases son íntegramente en latín, de principio a fin, además de participativas", explica el docente. Este profesor considera que todo el mundo debe comunicarse en latín lo mejor que pueda y, para empezar, cada estudiante debe escribir su nombre en la lengua latina (Iacobus, Beatrix, Hieronymus, etc.).
Sánchez-Ostiz está aplicando el Methodus Activa (Método Activo) al aprendizaje de este idioma, una técnica que se está abriendo paso también en Estados Unidos, Gran Bretaña o Italia. "Cuando estudié Filología Clásica eran muy pocos los que se acercaban a este tipo de métodos y, de hecho, yo siempre los había mirado con cierto escepticismo", recuerda. Sin embargo, hace tres años hizo un curso intensivo de latín hablado organizado en Roma por el Instituto Polis de Jerusalén, y entonces cambió de opinión. "Allí me di cuenta no sólo de que era posible dar una clase de latín en latín, sino también de que el alumno asimila mucho más rápidamente las estructuras y el vocabulario".
Las clases son así
Utilizan un libro de texto clásico en la enseñanza activa del latín y hacen ejercicios prácticos en el aula. Aparte de las estrategias que el profesor ha ido incluyendo de cursos, añade una pizca de sal al asunto saliéndose del guión. "Interactuamos con espadas, sombreros y otros objetos que tienen que ver con los textos". Al interpretar algunas escenas los alumnos están recibiendo un aprendizaje visual sin darse cuenta. "Aprenden más palabras al hablar unos con otros y por los contextos".
"Después del shock inicial, mis alumnos se han ido lanzando poco a poco a intervenir en latín y han perdido el miedo a cometer fallos, algo esencial en el aprendizaje de cualquier idioma", asegura Sánchez-Ostiz, que puede apoyarse en sus veinte años de experiencia en la docencia.
Una de las leyes que rige en la asignatura es "licet nobis errare, sed non tacere", es decir, "tienen claro que pueden cometer errores, pero que no está permitido quedarse callado". Y aunque haya tímidos en el aula, el hecho de pasárselo bien hace que se animen a participar. "A ellos les encantan las clases y aprenden mucho", afirma.
La receta lleva una dosis de gramática, de cultura romana y otra pizca de risa y buen humor", revela. Y esa exitosa combinación se está reflejando en las buenas notas de los parciales de sus más de 100 alumnos, capaces de hablar, comprender y leer fluidamente en latín en poco tiempo.
FUENTE: www.elmundo.es/f5/2015/12/21/5670506aca474120578b466d.html