Roma www.nationalgeographic.com.es diciembre 2013
El Palacio Imperial y otros edificios del principal puerto de Roma fueron demolidos sistemáticamente para evitar que cayeran en manos de los pueblos bárbaros.
Ostia fue el puerto originario de la Antigua Roma. Sin embargo, su fondeadero, situado a orillas del río Tiber, resultaba exiguo para acoger el creciente número de barcos mercantes que a partir del siglo I d.C. debían abastecer a una población de entre 800.000 y un millón de habitantes. Los bajíos arenosos de la desembocadura y las frecuentes inundaciones invernales tampoco favorecían el acceso a las embarcaciones. Portus fue construido en sustitución de Ostia alrededor del año 46 d.C., durante el mandato de Claudio, y fue ampliado considerablemente durante el reinado de Trajano, entre los años 112 y 117 aproximadamente. A esta época corresponde el llamado puerto de Trajano, una tercera dársena de forma hexagonal visible hoy en día, que fue transformada en un lago a principios del siglo XX y que actualmente forma parte de la propiedad privada de la familia Sforza-Cesarini. Nada queda ya del imponente faro y la estatua de Neptuno que recibían a los barcos a la entrada del puerto, y escasas son las ruinas que permanecen del Palacio Imperial, decorado con espléndidos mosaicos y frescos. O puede que sus restos todavía permanezcan ocultos, porque como señala Simon Keay, director del Proyecto Portus, «aún falta por excavar al menos el 90 por ciento de Portus». El equipo arqueológico del Proyecto Portus -una iniciativa de la Universidad de Southampton en colaboración con la Escuela Británica en Roma- ya ha sacado a la luz los vestigios de un edificio que asemeja un anfiteatro, además de los restos de un gran almacén y los del Palacio Imperial. «Hemos realizado un escaneado aéreo con tecnología LIDAR y hemos hallado una estructura que pudo haber sostenido el faro en la Antigüedad; nuestros colegas italianos también reclaman el hallazgo de una estructura semejante aproximadamente en el mismo lugar. Pero no hay nada visible hoy en día», explica Keay a Historia National Geographic.
Los bizantinos demolieron el Palacio Imperial
¿Por qué Portus quedó reducido a escombros? Tras 15 años de excavaciones, Keay sostiene que el Palacio Imperial -uno de los más grandes de Roma- y otros edificios de Portus fueron demolidos sistemática e intencionadamente para evitar que cayeran en manos de los pueblos bárbaros que acechaban la capital de un Imperio ya decadente, en el siglo V d.C., cuando la capital se había trasladado a Constantinopla, la antigua Bizancio griega. Tener el control de Portus significaba tener el control del Mediterráneo, era la principal vía de entrada y salida desde y hacia la capital. «El Palacio Imperial continuó siendo utilizado como el centro administrativo y residencial de la autoridad portuaria hasta finales del siglo V a.C., cuando el control de Roma y sus alrededores pasó a manos de los ostrogodos. Sin embargo, con la muerte del rey ostrogodo Teodorico en el primer cuarto del siglo VI y la invasión de las tropas bizantinas comandadas por Belisario como parte de un intento por recuperar Italia, Portus se convirtió en un objeto de disputa entre ostrogodos y bizantinos: quien controlara Portus posiblemente podría restringir el suministro de comida a Roma. Los bizantinos, y éste es mi argumento, finalmente resultaron vencedores y demolieron el Palacio Imperial para evitar su posterior uso como base estratégica a través de la cual se podría poner en peligro el suministro de comida a Roma», arguye Keay. «Para demoler un edificio de 15 metros de alto realmente tienes que querer tirarlo abajo. Trabajaron de forma muy sistemática para derribar edificios que habían estado en pie durante unos 400 años», añade.
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