Héctor G. Barnés www.elconfidencial.com 16/12/2015
Durante décadas se ha estigmatizado a las carreras de Humanidades hasta que prácticamente han terminado por desaparecer de algunas universidades. Pero estas no han dicho su última palabra.
Durante mucho tiempo, fue habitual que los padres más preocupados por sus hijos se llevasen las manos a la cabeza cuando estos les explicaban que habían decidido estudiar una carrera de letras. A veces, las razones eran simplemente ideológicas (“mi hijo, ¡un bohemio!”), pero en la mayor parte de ocasiones, esta preocupación se debía al ver peligrar el porvenir económico de su retoño. No ha cambiado la situación con los años, sino que más bien se ha agravado.
Hoy en día, la habitual desconfianza hacia las Humanidades ha venido complementada por una reivindicación de las carreras STEM, es decir, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Son las carreras del futuro, se dice, y no sólo los estudiantes deberían decantarse por ellas sino que las universidades deberían invertir en esos campos y olvidarse de las carreras de letras. Es lo que está ocurriendo, por ejemplo, en Reino Unido, donde muchas facultades de letras están viéndose obligadas a cerrar sus puertas debido a que resultan poco rentables, o en Japón, donde el Ministerio de Educación ha alentado a los decanos a prescindir de las carreras de letras.
El futuro es el nuevo pasado
Pero, como cada vez que ocurre algo así –el cierre de facultades y el desprecio a dichas carreras puede reducir significativamente el número de matriculados en letras–, el péndulo puede inclinarse hacia el lado opuesto. Como señalaba un reportaje publicado en 'Fast Company', cada vez más CEO de las compañías tecnológicas demandan profesionales con formación artística. Algo que el propio Steve Jobs reconoció cuando dijo que en Apple “la tecnología en matrimonio con las artes liberales y las humanidades es lo que consigue los resultados que hacen que nuestros corazones canten”.
¿Qué proporciona una formación en letras? Como afirma en dicho artículo Steve Yi, el CEO de MediaAlpha, saber tratar con la subjetividad y la ambigüedad, dos habilidades que son necesarias en un sector en continuo cambio como es el tecnológico. En realidad, mientras que para una empresa de las relacionadas con las disciplinas STEM es necesario contar con un gran número de profesionales técnicos, no es tan extraño que los puestos de gestión y de toma de decisiones estén ocupados por otra clase de perfiles, más relacionados con la visión de futuro, la organización y la capacidad de adaptarse a los cambios sociales.
Incluso en España se han producido propuestas que apuntan en dicho sentido. Por ejemplo, el Consejo Social de la Universidad del País Vasco (UPV) puso en marcha un plan para crear nuevas empresas, pero este fue desarrollado no por los estudiantes de Administración y gestión de empresas, sino por los de Humanidades, como recogió 'El País' en su día. Como señalaba un reportaje publicado en 'Harvard Business Review', “si quieres pensamiento innovador, debes contratar a gente de Humanidades”. En el reportaje, su autor señalaba que “los líderes empresariales de todo el mundo me han dicho que se desesperan buscando gente que pueda ayudarlos a resolver problemas complicados”.
Ello es, una vez más, consecuencia del actual estado del sistema educativo. En palabras de Tony Golsby-Smith, “el foco se encuentra en enseñar ciencia y negocios para controlar, predecir, verificar, garantizar y comprobar los datos”. Pero esto, sin embargo, “no enseña a navegar en las situaciones hipotéticas o los futuros desconocidos”. La mayor parte de crisis empresariales podrían haberse evitado si, como asegura el autor, se hubiese contado con alguien capaz de prever las consecuencias a largo plazo de las decisiones tomadas, acostumbrado a tratar con la incertidumbre y prever diferentes escenarios. Y eso es algo que se aprende en las facultades de Humanidades.
Una cuestión de dinero
La idea de que las carreras de letras no proporcionan ni trabajo, ni dinero, ni prestigio se encuentra muy extendida, no sólo en España sino también en muchos otros países desarrollados. Sin embargo, en muchos casos, esto no es más que un mito. En un revelador artículo publicado en 'Forbes' por Jeffrey Dorman, este demuestra que, en realidad, las Humanidades están mucho mejor pagadas de lo que pensamos, al menos en Estados Unidos. Aunque el autor reconoce que las carreras STEM siguen siendo las mejor remuneradas, también es verdad que “las carreras de Humanidades siguen mereciendo la pena” económicamente hablando.
Según sus estimaciones, elaboradas para calcular la rentabilidad y el impacto de la universidad en la que trabaja, un graduado en Humanidades puede llegar a cobrar más de 600.000 dólares a lo largo de su carrera (un físico, por ejemplo, se encontraría en alrededor de un millón de dólares). Estas son las profesiones más rentables dentro de este campo: la Filosofía (con 658.000 dólares), la Historia (537.000), el Francés (470.000), el Inglés (444.000), Arte Dramático (302.000) y Arte (315.000). La clave se encuentra en que muchas de estas carreras proporcionan sueldos muy bajos al entrar en el mercado laboral, pero estos ascienden sustancialmente a medida que se alcanzan puestos de mayor responsabilidad.
La situación, no obstante, sigue siendo muy diferente en España. Como señalaba el informe 'Spring Professional' publicado por Adecco este año, la de Artes y Humanidades es la rama del conocimiento con menos demanda laboral, con un 2,04%. Muy por encima se encuentran la Ingeniería y Arquitectura (25,56%) y Ciencias de la Salud (8,11%). No obstante, la líder sigue siendo la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas, quizá porque engloba algunas de las carreras más exitosas, como Administración y Dirección de Empresas. Sin embargo, basta con echar un vistazo a la lista de las carreras que han estudiado los más ricos del mundo para comprobar cómo no es necesario haber estudiado ingeniería (como 22 de los 100) para llenarse los bolsillos. Basta con cursar Artes (como 9 de ellos) o, simplemente, no estudiar nada, como ocurre con 32 de la lista.
ENLACES: Aristóteles es director estratégico (Elisa Silió, El País 02/03/2009)