Cèsar Garcia | Paterna (Valencia) www.levante-emv.com 21/02/2009
El solar de Galletas Río escondía una villa datada entre los siglos I y IV después de Cristo.
Paterna tiene un pasado romano. Una excavación arqueológica previa a la construcción de viviendas, en el solar donde se situaba la conocida fábrica de Galletas Río, ha permitido sacar a la la luz los restos de una gran villa romana que podría datarse entre los siglos I y IV después de Cristo, según los expertos, que aseguraron ayer, durante una visita a los restos, que sería la primera zona romana que se documenta en las riberas del río Turia, desde Valencia hasta Llíria, según comentó el arqueólogo municipal y responsable del museo de cerámica local, Eduardo Manzanedo.
Hasta ahora no se tenía constancia fehaciente de un asentamiento romano en la capital de l’Horta Nord, en forma de villa o ciudad. Sólo se había documentado un acueducto y un horno, en una zona aislada del centro histórico. Paterna era reconocida por sus alfarerías medievales pero este hallazgo es de «gran relevancia e importancia para la investigación local, de ahí que haya que hacer una documentación exhaustiva de todo lo hallado», explicó el arqueólogo, acompañado por el alcalde Lorenzo Agustí y la edil de Cultura, Elena Martínez.
La excavación ocupa un área de unos 5.000 metros cuadrados y a dos metros de profundidad se han hallado muchas habitaciones -los muros están bien conservados-, restos de cerámicas, termas, diferentes balsas para decantar aceite en lo que era el torcularium, así como el contrapeso de la prensa de aceite que pesa cuatro toneladas y tiene un diámetro de 1,5 metros. El arqueólogo dijo que estos restos desvelan una de las actividades que se hacían en la villa, que «podría ser una casa de campo» para los ciudadanos más poderosos de Valencia. El río sería la vía de comunicación con el cap i casal.
Las excavaciones apenas llevan 28 días, por lo que aún pueden producirse otros descubrimientos. También se han localizado los restos de dos niños, de menos de 5 años y 90 centímetros de altura, que estaban cubiertos con piedras. Junto a ellos, a modo de ofrenda, había dos botellas de arcilla.