National Geographic www.nationalgeographic.com.es 22/11/2012
Según un estudio, los esclavos empleados en fincas rústicas sufrían menos malnutrición infantil que el resto de la población.
Los esclavos de la Antigua Roma se alimentaban bastante bien y sufrían menos de malnutrición infantil que el resto de la población. Además, su ajuar funerario sugiere, sin lugar a dudas, que no vivían una situación de pobreza abyecta. Al menos así se desprende de una investigación que se dio a conocer en la conferencia Más allá de Vagnari: nuevos temas en el estudio del sur de Italia en la Antigua Roma, que se celebró a finales de octubre en Edimburgo, y que ha recogido la publicación digital británica Current World Archaeology.
Vagnari es una alquería abandonada en las afueras de Gravina in Puglia, un municipio cercano a Bari (Italia). El profesor Alastair Small, de la Universidad de Edimburgo, ha estado excavando en este sitio en los últimos 40 años. Durante el Imperio romano, parece haber sido una propiedad imperial, alrededor de la cual se realizaron trabajos de alicatado. En una de las baldosas apareció grabado el nombre de Grati Caesaris, que significa «el trabajo de Gratus», esclavo de César. Según explica Current World Archaeology en un reportaje, si la persona que plasmó su nombre en la baldosa era un esclavo de César, entonces, con toda probabilidad, se trataba de una propiedad imperial y todos los demás trabajadores debieron ser, si no esclavos, al menos de la más baja condición social. Recientemente se han excavado alrededor de 100 esqueletos en un cementerio situado en este sitio arqueológico, y los resultados de este amplio trabajo, realizado por Tracey Prowse de la Universidad McMaster de Canadá, son profundamente reveladores.
Tracey Prowse ha examinado unos 100 esqueletos y 656 dientes que son especialmente interesantes porque muestran evidencias de estrés infantil. En las fases de malnutrición infantil aparecen unas marcas en los dientes que se asocian al estrés. Prowse ha comparado estos dientes con otros pertenecientes a colecciones italianas destacadas, y los de Vagnari presentan mejor aspecto. Si Vagnari fue un cementerio de esclavos, entonces éstos se alimentaban mejor que el resto de la gente corriente.
Por otro lado, el análisis del ajuar funerario, realizado por Liana Brent, sugiere que estaban bien provistos para realizar el tránsito al más allá, con un total de 7,4 objetos por parte de los hombres y 4,4 por parte de las mujeres. En efecto, dos de los esqueletos fueron enterrados con lanzas, cuyas puntas redondeadas demuestran que fueron utilizadas, probablemente para cazar. Resulta extraño concebir a esclavos con lanzas que ellos mismos utilizaron y con las que fueron enterrados, por lo que podrían tratarse de coloni, arrendatarios de fincas rústicas. «¿Es ésta la realidad de la esclavitud en el Imperio romano?», se pregunta el reportaje.