Fede Cedó / Barcelona www.20minutos.es 07/11/2005
Los vecinos denuncian la degradación de los monumentos de la ruta de la Barcelona romana en plena campaña antipintadas.
Los restos del acueducto romano están cubiertos de graffitis en plena campaña de lucha contra las pintadas. Lo que debería ser un atractivo turístico dinamizador del Gòtic, la ruta de la Barcelona romana, pasa a ser un foco de protestas vecinales por su mal estado de conservación.
«¿A que en Roma no permitirían pintar el Coliseo? ¿Por qué en Barcelona dejan que el incivismo nos deje en ridículo frente a los turistas?» es la reflexión de José Luis, un comerciante de souvenirs vecino de la Catedral.
La degradación de los monumentos históricos es evidente en la ruta romana. Así, la necrópolis al descubierto en la plaça Vila de Madrid, para los vecinos, queda en «un simple proyecto de intenciones», afirma Sílvia, una artista contemporánea residente.
El problema no es atribuible en exclusiva al incivismo. Para Jaume Ciurana, concejal de CiU, «el problema es que el Gobierno local confunde cultura con diversión» y olvida aspectos como «el cuidado del patrimonio histórico de la ciudad».
Igual opina Alberto Villagrasa (PP) que, como CiU, ha pedido que el presupuesto municipal incorpore una partida para «adecentar el legado artístico del barrio».
Por su parte, Joaquim Auladell, de la asociación Defensa de la Barcelona Vella, considera que «más que limpiar pintadas habrá que procurar que no vuelvan a reproducirse», como así sucede.
«Es una vergüenza»
Para el corrillo de jubilados que pasa sus horas entorno a la Catedral, preguntar por el estado de conservación de los monumentos romanos es ahondar en un debate periódico. Pablo, un ex-tornero de 68 años, polemiza con «el interés de los museos por recaudar dinero, sin tener en cuenta los restos al aire libre». Sebastián, un camarero jubilado, va más allá: «Cuando un guiri me pregunta por el acueducto o la necrópolis digo que no sé dónde está, porque me da vergüenza que lo vean».