Félix J. Machuca | Sevilla www.abcdesevilla.es 20/03/2011
Eduardo Ferrer Albeada, Profesor Titular de Arqueología. Junto con el catedrático de Historia Antigua Genaro Chic trabaja en un libro para la editorial Akal sobre la Historia de Europa (Edad Antigua). También tiene opinión sobre la Atlántida.
—Déjeme que empecemos por Sevilla. ¿Ha podido visitar el Anticuarium de las Setas?
—Las obras finalizadas, aún no. Sí visité en varias ocasiones las excavaciones arqueológicas y el proceso de construcción del Antiquarium.
—¿Hay una opinión mayoritaria en su círculo profesional y universitario sobre ese Anticuarium?
—La percepción generalizada es el que trabajo del director, Fernando Amores, y de su equipo ha sido excelente.
—En cualquier caso parece que correrá mejor fortuna que los depósitos de agua de la Pescadería…
—Las cisternas romanas de la Pescadería se han conservado. Quizás el problema radique en saber gestionar el patrimonio arqueológico,y también el monumental, de Sevilla.
—Y mejor fortuna también que la muestra arqueológica del parking de los jardines de Murillo…
—El debate entre el conservacionismo a ultranza y la pala excavadora como símbolo de destrucción es antiguo. La muralla almohade y las puertas de Sevilla son los mejores testigos. Las leyes de Patrimonio, tanto nacional como autonómica, son claras al respecto. El problema reside que no se utiliza la misma vara de medir en las obras de los particulares que en las de la administración o de los amigos de ésta.
—¿Por qué la arqueología sigue siendo en Sevilla un problema antes que una solución rentable?
—La percepción de la opinión pública sobre las actividades arqueológicas es profundamente negativa por incultura y desconocimiento. Si no tuviéramos patrimonio arqueológico estaríamos envidiando el del vecino. Una buena gestión del mismo sería muy rentable.
—Se lo digo porque en estos últimos años, con la reurbanización de la Puerta Jerez y la avenida de la Constitución, era un dolor de muelas para la Administración que apareciera un horno almohade o un cementerio islámico…
—La ley de Patrimonio es clara, las empresas de Arqueología tienen un alto nivel de profesionalización, y en la Administración hay técnicos muy cualificados.
—Es curioso, en cambio, cómo la arqueología es «rentable» en otras manos. ¿Hablamos de la Atlántida?
—Los términos de rentabilidad supongo que serán aplicables a la venta de libros y documentales; desde el punto científico los resultados son catastróficos. La imagen de los arqueólogos que trasciende en los medios es patética, entre Indiana Jones y el Código da Vinci.
—¿Cree usted que lo que ha trabajado el profesor Freund y su equipo multidisciplinar en Doñana es la Atlántida cantada por Platón?
—Desconozco la labor del prof. Freund en Doñana, salvo las noticias aparecidas en ABC. Le puedo asegurar que carece de credibilidad desde los puntos de vista histórico-literario, geológico, paleogeográfico y arqueológico.
—Pero se ha «vendido» mediáticamente como la Atlántida y la noticia ha tenido un eco amplio con el respaldo de una institución como la Nacional Geographic.
—Ignoro el criterio seguido por National Geographic para avalar tal propuesta, pero la trivialización y el consumo de noticias «con gancho» favorecen que se dé cobertura a temas dudosos, en la línea del «frikismo».
—Esas excavaciones no se van a perder en el informe de un archivo erudito, sino que han sido grabadas en televisión para hacer un documental…
—Las empresas de audiovisuales y las cadenas de TV deberían ser más valientes y apostar por productos de calidad y, a la vez, de entretenimiento. Se apuesta por lo vulgar y por el disparate.
—Sinceramente: lo de la Atlántida en Doñana ¿es arqueología o televisión?
—Lo de la Atlántida en Doñana es espectáculo, muy en la línea de una sociedad consumista insaciable que necesita siempre temas cada vez más llamativos. Hace poco fue la tumba de Jesucristo, mañana ya veremos.
—Me han contado que las «herramientas» de trabajo del equipo de Freund en Doñana era tecnológicamente muy avanzado y, consecuentemente, digno de tener en cuenta sus conclusiones…
—Las técnicas de prospección geofísica y la utilización de satélites son herramientas imprescindibles hoy día, al alcance de los investigadores, pero es el arqueólogo el que interpreta los resultados. Las técnicas no piensan por ti.
La queja
A través de sus medidas palabras, este arqueólogo que trabaja, fundamentalmente, en el mundo fenicio, púnico y tartésico, se percibe una queja por la canalización de las noticias arqueológicas en los medios. La Atlántida, la tumba de Jesucristo y otras similares de incuestionable tirón popular ocupan su espacio en el debate del espectáculo de una ciencia que parece absorbida, fuera de los laboratorios, por Indiana Jones y el Código da Vinci. Eduardo Ferrer, bético, hermano de una santa cofradía, detesta la pasividad sevillana ante la destrucción de su patrimonio y no se empacha en confirmar que prefiere, antes los oficios del Jueves y Viernes santos y la misa de Pascua de Resurrección que la masa frita de populismo que indigesta algunas de nuestras manifestaciones festivas.