Saelices El Chico (Salamanca) | EFE 11/03/2009
Las mujeres romanas de las clases pudientes, entre los siglos I y V, eran coquetas y ya tenían en su particular neceser un peine para arreglarse el pelo, fabricado con huesos de animales domésticos, según se demuestra en el asentamiento romano de Saelices El Chico (Salamanca).
Así lo ha explicado hoy María Concepción Martín Chamoso, arqueóloga y directora de las excavaciones que desde marzo del año pasado se han desarrollado en la Villa Romana de Saelices, ubicada en el propio casco urbano de este municipio.
De dichas excavaciones, que pretenden sacar a la luz las diferentes partes de un asentamiento romano descubierto a mediados de la década de 1980, también se deduce que las mujeres de esa época disponían de ‘ungüentarios’, unos pequeños recipientes de vidrio, que ahora se equipararían a los tradicionales estuches femeninos donde se guardan las cremas y demás lociones corporales.
‘Las mujeres romanas guardaban en los ‘ungüentarios’ todo tipo de perfumes y aceites corporales’, ha explicado hoy a EFE la arqueóloga de la Villa Romana, donde han aparecido restos de vidrios de dichos artilugios.
Durante las excavaciones practicadas, financiadas con 194.000 euros a través del programa 1 por ciento Cultural que concede el Gobierno, se han hallado un total de 23.000 piezas, entre las que abundan utensilios como las agujas y los alfileres que usaban las mujeres de la época romana. Entre los vestigios descubiertos también sobresale un broche de un cinturón.
‘En definitiva, la importancia de todos estos hallazgos radica en que demuestran cómo se vivía en aquella época’, ha afirmado Martín Chamoso.
Esta villa romana, que hoy ha sido visitada por el subdelegado del Gobierno en Salamanca, Jesús Málaga, fue catalogada Bien de Interés Cultural en 1997, su asentamiento es de unos 8.000 metros cuadrados y, ‘cuando se descubra la necrópolis, conoceremos muchos más datos’, ha explicado la arqueóloga.
La villa, cuyos restos arqueológicos se guardan en el Museo Provincial de Salamanca, está dividida en tres zonas, la residencial, el complejo lúdico y la rústica. En la zona residencial se han excavado parcialmente cinco habitáculos, donde apareció la pieza más relevante, un mosaico fechado en el siglo IV.
Esta obra de arte representa el tema de ‘Belerofonte y la Quimera’, un monstruo con tres cabezas de león, cabra y serpiente que arroja fuego. Este mosaico, ubicado en el propio pasillo de la zona residencial, es ‘como un rompecabezas, que incluye un conjunto de dameros geométricos intercalados’, según el alcalde del municipio, Francisco Javier Bernal.
En zona lúdica, fechada en el Alto Imperio, se asienta un ‘ninfeo’, varias fuentes, bancos y jardines para descansar. Por último, en la zona rústica se han localizado lagares, casas de los trabajadores y dependencias para desarrollar trabajos relacionados con la agricultura.
Uno de los últimos hallazgos fue el ‘hipocausto’, un sistema de calefacción que utilizaban los romanos para las habitaciones o para la zona de las termas.