José G. Concepción www.rtve.es 16/03/2012
La calzada, entre Astorga y Braga, tiene 300 kilómetros, 5 puentes y 11 mansiones o áreas de servicio. La vía está relacionada con El Dorado que supuso el oro de Las Médulas (León). La Vía Nova puede ser otra vía verde, alternativa al Camino de Santiago y la Ribera Sacra.
Los Flavios nos dejaron el Coliseo de Roma, un gran anfiteatro con una capacidad para 50.000 espectadores que fue construido con el oro procedente del templo de Jerusalén, destruido por completo por Tito, hijo de Vespasiano y segundo emperador de la nueva dinastía. En Hispania impulsaron una organización territorial (los conventos) en la llamada Hispania Citerior (las situadas más allá del Ebro) con nuevas capitales y centros de poder, como Austurica Augusta (Astorga) y Bracara Augusta (la actual Braga de Portugal). Una calzada nueva, la Vía Nova, unía estas dos ciudadas con un sentido comercial y de control económico en una zona pacificada y romanizada. Fue utilizada también por el correo imperial, que a caballo y con cambios de postas, podía tardar dos días en hacer el recorrido entre Astorga y Braga.
Fue como otras calzadas diseñas y controladas por el Estado, y construidas por la mano de obra indígena. Su superviviencia estuvo relacionada con el oro extraído en las Médulas. Son 300 kilómetros de una vía que nos sorprende por su modernidad, y con un indudable atractivo histórico, patrimonial y paisajístico, pues atraviesa el Parque Natural Peneda Gêres – Xurés, reserva de la Biosfera, declarada por la Unesco, y el Parque Natural da Serra da Enciña da Lastra, donde la Vía Nova se encuentra mejor conservada.
La calzada con más Miliarios de Europa
La Vía Nova es una de las calzadas romanas mejor conservadas. Es también una de las que más número de miliarios tiene en toda Europa. Se encuentran la mayoría en su lugar original, aunque algunos, los menos, forman parte de viviendas o cierre de campos. En la Iglesia de Santa Comba de Bande, una joya del visigodo gallego, hay un miliario, dedicado al emperador Trajano, que ha sobrevivido como pila bautismal.
Los miliares eran mojones de piedra que podían compararse a los hitos kilométricos de las carreteras actuales. Este eficaz sistema de señalización no se expresaba en metros, sino en millas romanas, unos mil pasos, entre 1.400 y 1.800 metros.
A lo largo de la Vía Nova se han encontrado un total 281 miliarios. No hay caso igual en Europa. Se cree que en estos miliarios la inscripción estaba pintada con la finalidad de facilitar los posibles cambios cada vez que un emperador subía al trono. Son sin duda una gran fuente de información. En la Vía Nova encontraba el único miliario que existe en la península dedicado al impulsor de la Vía Nova, Vespasiano. Hay otros quince dedicados a sus hijos, Tito y Domiciano. En otro podemos conocer la fecha exacta de su apertura,el año 79 de nuestra Era. No sabemos si existió el consabido corte inaugural, pero sí quedó en piedra el nombre de la autoridad que la inauguró. Se llamaba Caio Calpetano Rantio Quirnal Valerio Festo.
Una vía moderna y rápida
La Vía Nova nos sorprende por su estado de conservación y modernidad. Fue costeada por el fisco y realizada con criterios modernos. Disponía de sistemas de drenaje y unos criterios homogéneos de construcción de la primera calzada, construida para un uso preferentemente comercial, y no solo militar.
En sus 300 kilómetros la inclinación de la vía nunca supera el 8% y su anchura tiene un mínimo de cinco metros, aunque en algunos puntos puede llegar hasta los once metros. Muchos de los tramos están enlosados, aunque, en algunas ocasiones, la capa de rodadura era de grava o tierra. Era ideal para el paso de carros, que podían circular, pese a las dificultades orográficas de un terreno especialmente abrupto.
Todos estas características obligaron a un trabajo intenso cartográfico de los ingenieros romanos, que emplearon instrumentos como teodolitos que hoy en día se utilizan en las vías públicas
La mayor concentración de puentes en la Hispania romana
En la Vía Nova existen todavía en pie un total de cinco puentes , un número muy elevado si tenemos en cuenta que de la Hispania romana han llegado hasta nosotros un total de 30, algunos en uso hasta época muy reciente, como el de Mérida, se cerró al tráfico en el año 1993. Algunos puentes de esta Vía Nova tienen su pequeña historia. Fueron sacrificados en nuestro tiempo por el paso del progreso, y no por su uso.
En la Baixa Limia se levantó el llamado Ponte Pedriña que salvaba el río Limia, o Lethes para los romanos. Fue declarado Monumento Nacional en el año 1944. Cinco años después fue cubierto por las aguas del embalse de As Conchas, como si el río Limia, fiel a su leyenda, le condenara al olvido.
Las mansiones, modernas áreas de servicio.
La Vía Nova permite visitar las llamadas mansiones, equivalentes a nuestra áreas de servicios de nuestras modernas autopistas. Eran lugares de descanso, donde los viajeros podían pasar la nochye, aunque también se cree que llegaron a funcionar como oficinas del fisco. Disponían de un destacamento militar, y se situaban en lugares estratégicos, cerca de poblaciones indígenes o donde existían aguas termales,tan apreciadas por los romanos.
En esta calzada se levantaron once mansiones, que con el tiempo fueron origen de incipientes núcleos urbanos. Estas edificaciones eran ya muy modernas, pues disponían de un ingenioso sistema de calefacción llamado hipocaustun. El fuego no se encuentra en el habitáculo, sino en el exterior de la vivienda, en unos hornos adosados, que proporcionaban aire caliente que mediante conducciones refractarias se dirigían hacia el llamado hipocaustum, una cámara de aire construida bajo el solado y sostenida por pilastras de ladrillo. Era un sistema muy similar a los actuales suelos radiantes. En vez de electricidad, los romanos empleaban aire caliente.
Una nueva ruta turística
La Vía Nova ha sido estudiado durante un año y medio por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El trabajo, el primero con un carácter global, ha sido costeado por el Ministerio de Cultura, y viene a completar otras iniciativas realizadas en Orense y que están en internet.
El Consejo propone a las distintas administraciones implicadas, Xunta y Castilla y León, 15 grandes actuaciones que pueden ser visitables. Además se plantea la instalación de paneles, la edición de folletos y guías uniformes para que este patrimonio de todos puede ser conocido. Se podrá constituir asÍ una gran vía verde, que nos lleva a un pasado de hace dos mil años. Sería, en estos tiempos de crisis, una alternativa de un turismo histórico y natural, a otros caminos plenamente consolidadas, como la Ruta de la Ribera Sacra del Sil o el Camino de Santiago.