Esther Celma | Tarragona www.elperiodico.com 13/03/2012
Roda de Barà abandona el consorcio constituido para sacar rendimiento turístico al patrimonio. Monumentos destacados del legado permanecen cerrados y no tienen fecha de apertura prevista.
Para visitar el mausoleo de Centcelles en Constantí (Tarragonès) hay que pedir hora con antelación. El monumento romano es singular en Europa gracias a su cúpula ricamente ornamentada, tal como lo reconoce su declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pero la reserva previa no es porque siempre esté lleno de visitantes. La baja laboral de una de las dos personas que atienden al público impide tenerlo abierto con normalidad desde el pasado diciembre, reconoce Jordi Agràs, director territorial de Cultura de la Generalitat. A finales de este mes, además, se celebrará un congreso sobre el emperador Constantino, que da el nombre a Constantí. El alcalde, Josep Maria Sabaté, no oculta su irritación por si no pueden visitarlo los expertos.
Es uno de los últimos ejemplos de cómo languidece el valioso patrimonio de la Tarragona romana, un conjunto formado por 14 monumentos repartidos en cuatro municipios del Tarragonès, con la titularidad y la gestión repartidas entre el Ministerio y la Conselleria de Cultura. «Hay descoordinación entre las administraciones», coinciden en resumir Frederic Adán, presidente del Consell Comarcal del Tarragonès (CiU), y Jordi Rovira, presidente de la Reial Societat Arqueològica Tarraconense, una institución sin ánimo de lucro que vela por el patrimonio desde finales del siglo XIX.
«MOMENTO MUY DELICADO»
Pasados más de 10 años desde la declaración del conjunto como Patrimonio de la Humanidad, sigue cerrada al público la necrópolis paleocristiana, el cementerio romano más importante del Mediterráneo occidental. Lleva así 18 años y el propio conseller de Cultura, Ferran Mascarell, reconoce que no hay fecha de apertura. Tampoco para el teatro romano. Ni para el traslado del Museo Nacional Arqueológico, escuálido para sus fondos. La concejala de Patrimonio de Tarragona, Carme Crespo, declinó ayer hablar sobre estos monumentos.
A pesar de todo, Tarragona tiene un papel estelar en el plan de museos de la Generalitat: liderar la parte arqueológica y de romanización, recalcó el conseller el pasado jueves, en la reunión del Consejo Español de Patrimonio realizado en Tarragona y presidido por el secretario de Estado de Cultura, Juan Lassalle. Mascarell ya le trasladó qué se espera del nuevo ministerio. La respuesta, según el conseller, fue que «el momento presupuestario es muy delicado». «Nadie se ha creído nunca este patrimonio», lamenta Rovira.
Para sacar rendimiento al potencial turístico de este patrimonio, Tarragona, con sus 11 monumentos, Constantí con el mausoleo, Roda de Barà con el arco y Altafulla con la villa romana de los Munts, crearon un consorcio hace dos años, del que también forman parte el Ministerio de Turismo, la Generalitat y el Consell Comarcal del Tarragonès. El objetivo del organismo es «impulsar el plan de competitividad, con un presupuesto de cuatro millones de euros a cuatro años», detalla Patricia Anton, presidenta del consorcio y del Patronato de Turismo de Tarragona y concejala de Turismo de Tarragona (PSC).
Pero el consorcio se tambalea. Roda de Barà comunicó ayer su baja del organismo porque no ve resultados a la inversión, según el portavoz del equipo de gobierno municipal, Frederic Royuela. También se queja Royuela de los atrasos crónicos de la Generalitat a la hora de pagar el mantenimiento del arco de triunfo romano, que data del siglo I antes de Cristo y que recibe de lleno la contaminación del tráfico al estar en plena carretera N-340, una de las más transitadas de España.
«ESTRATÉGICO»
El consorcio deberá decidir ahora si suple la baja con más aportaciones o si reducen todos la inversión, cosa que harían también proporcionalmente la Generalitat y el ministerio. «Cada ayuntamiento debe saber explotar la herramienta del plan de competitividad. No es para gastos corrientes, sino para diseñar productos turísticos a largo plazo y cuesta ver los frutos, pero ya se están dando», justifica la presidenta.
«El patrimonio es estratégico para nosotros desde todos los puntos de vista», dice el alcalde de Altafulla, el independiente Félix Alonso, que hace un llamamiento a la Generalitat para que «se implique más». «Nosotros podemos sufrir el mismo caso del mausoleo de Centcelles en cualquier momento», añade.