Tamara Montero | Santiago www.lavozdegalicia.es 10/02/2012
Alumnos de bachiller compiten por ser los más duchos en cultura clásica.
¿Sabe el nombre de la isla en la que un viajero épico permaneció retenido durante nada menos que siete años? ¿Y el título latino de un poema de viaje perdido de un escritor y político romano? Seguramente no. También es seguro que a estas horas, los alumnos de bachillerato del IES Eduardo Pondal habrán dado con la respuesta a estos enigmas, que, por cierto, es una palabra de origen latino que a su vez procede del griego.
A las 9 de esta mañana termina la final autonómica del concurso de cultura clásica Odisea, que nació hace hace siete años en Galicia de mano de la sección gallega de la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC) y al que ya se han sumado dos comunidades más, la catalana y la valenciana. Este año, Aragón no ha podido participar. Compiten casi 2.400 estudiantes de Humanidades y Cultura Clásica procedentes de 161 institutos.
Utilizando las herramientas a su alcance en la biblioteca del centro -tanto Internet como libros de consulta- los 14 alumnos del Eduardo Pondal se afanaban en dar con la respuesta de preguntas «que non son directas, senón que teñen que ir tirando do fío», explica la vicepresidenta de la sección de la SEEC y profesora de Griego en el instituto, María Teresa Miñambres. ¿Ventajas? Los chicos, además de adquirir conocimientos, aprenden a buscar información, ejercitan su ingenio y, sobre todo, cultivan el arte de contrastar fuentes «porque non vale calquera páxina web». ¿Usan los libros? Como buenos nativos digitales, «o primeiro sempre é Internet». Sin embargo, la docente procura animarlos a que consulten también el papel.
Las preguntas de ayer servían como pista para el gran enigma final, el Preguntón, que es el que les da el acceso a participar en la fase interautonómica. Ayer, los chicos explicaban en tromba que las preguntas son bastante difíciles y que lleva su tiempo dar con la respuesta acertada. Teclear en Google no es suficiente. Mientras, su profesora caminaba entre las mesas viendo como casi dos meses de trabajo culminan con una actividad divertida y además, instructiva.