Madrid | EUROPA PRESS 31/05/2010
El Prado exhibe los tapices del siglo XVI de Pannemaker.
El Museo del Prado desempolva sus fondos y presenta en público dos extraordinarios tapices del siglo XVI, pertenecientes a la colección Las bodas de Mercurio, tejida por Willem de Pannemaker, para exhibir la serie completa, formada por ocho tapices tejidos con oro y plata, que muestran los amores entre Mercurio y Herse según la Metamorfosis de Ovidio. Es la primera vez que el Museo del Prado expone tapices en sus salas y la primera vez que el público podrá admirar esta serie completa, considerada como una de más «esplendidas» de la historia.
La muestra, comisariada por Concha Herrero, conservadora de Tapices de Patrimonio Nacional, y Leticia Azcue, Jefa de Conservación de Escultura y Artes Decorativas del Museo del Prado, estará abierta del 1 de junio al 26 de septiembre.
Leticia Azcue, quien precisó que el Museo del Prado atesora en sus fondos trece tapices fechados entre el siglo XIII y XIX, explicó que con esta muestra, pretendían sacar a la luz y «poner en valor» las dos magnificas piezas que albergaba el Prado de la serie de Pannemaker.
El alto coste que alcanzó el conjunto permite calificar esta tapicería, símbolo de poder y riqueza, como una verdadera joya, en su doble condición de obra de arte y de alhaja.
ORO Y PLATA EN SU FABRICACIÓN
Para el director adjunto de Conservación del Museo del Prado, Gabriele Finaldi, la serie de Las bodas de Mercurio es «espléndida» tanto por su tamaño como por su «calidad» y la «presencia masiva de oro y plata en su fabricación». En esta misma línea, Finaldi subrayó el «virtusismo» de estos tapices a la altura de las grandes obras que alberga el Museo.
William Pannemaker, tapicero de Carlos V y de su hijo Felipe II, tejió esta serie de tapices alegórico-mitológicos a finales del siglo XVI, y hoy se consideran una de las tapicerías «más espléndidas de la historia y única en Europa», según precisó Leticia Azcue, Jefa de Conservación de Escultura y Artes Decorativas del Museo del Prado.
La historia de amor y celos, narrada por Ovidio y protagonizada por Mercurio, Herse y Aglauro, se puede reconstruir a través de los paños de esta serie. La bajada de Mercurio a la tierra, su encuentro con Aglauro, Herse y Pandroso -hijas de Cécrope, rey del Ática-, la seducción de Herse, y la transformación o metamorfosis de Aglauro, alentada por Minerva, son los pasajes esenciales de esta tapicería, enmarcada por esplendorosas cenefas.
Para Leticia Azcue, admirar esta serie es una «oportunidad única» y recordó que el tapiz era un «objeto de lujo por excelencia» en el siglo XVI y una de las piezas «más valiosas» de las colecciones.
BASADA EN LA FÁBULA DE OVIDIO
La exposición reconstruye la secuencia iconográfica de la fábula de Ovidio sobre los amores de Mercurio y Herse, a través de los ocho tapices tejidos por Pannemaker, actualmente distribuidos entre la colección particular Fundación Casa Ducal de Medinaceli, que conserva uno propio y otro en depósito de los Herederos de la Duquesa de Lerma, el Metropolitan of Art de Nueva York y el Museo del Prado, con dos paños de esta serie cada uno, y las colecciones particulares de los Duques de Alba y los Duques de Cardona, propietarias de los dos restantes.
Por otra parte, la Jefa de Conservación de Escultura y Artes Decorativas del Prado estimó que esta serie entera se tardó en realizar cuatro años, teniendo en cuenta que una persona puede realizar medio metro cuadrado al mes, y que pudieron trabajaron en la serie, ocho personas.
Por su parte, Concha Herrero, conservadora de Tapices de Patrimonio Nacional, explicó que tras la investigación realizada para reunir estos tapices, se descubrió que el primer propietario había sido el Duque de Lerma, al convertirse en valido de Felipe III y uno de los hombres más ricos y poderosos de la época. De hecho, en una de las escenas sorprende encontrarse con un Mercurio con «barba y perilla» y protagonizando una escena de baile, cuando al Duque de Lerma también se le consideraba «un gran bailarín».
ANTESALA DEL CINE
Para la conservadora de Tapices de Patrimonio Nacional, los tapices son la «antesala» de la cinematografía, ya que en ellos nunca se narraban «escenas sueltas» sino argumentos con principio, desarrollo y final.
Willem de Pannemaker, activo desde 1535 hasta 1581 y miembro de la más célebre familia de tejedores asentada en Bruselas, fue el gran tapicero del Renacimiento flamenco. Trabajó para la nobleza y las principales casas reales europeas del siglo XVI y surtió de obras maestras a la corte de Carlos I de España (Carlos V de Alemania) y de su hijo Felipe II.
A partir de la clausura de la muestra y gracias al convenio de colaboración suscrito hoy entre el Museo del Prado y la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, los dos tapices del Museo se cederán en depósito a la Fundación para su exhibición conjunta con los dos que ésta atesora con el fin de que puedan continuar siendo disfrutados públicamente.