Anne Bonny www.ociojoven.com 17/12/2007
Homenaje a este cómic mítico de Jan protagonizado por el no menos mítico Superlópez. “La caja de Pandora” es un cómic que bien merecía este pequeño homenaje por constituir no sólo una obra maestra dentro de la producción de Jan en torno a su carismático Superlópez, sino una obra maestra en absoluto dentro del mundo de la historieta.
En ocasiones tenemos la falsa impresión de que las obras de entretenimiento, especialmente las cómicas, son obras ligeras tanto en su lectura como en su trasfondo. Sin embargo, que un cómic consiga que te rías al tiempo que te mantiene pegado al asiento preguntándote cómo va a terminar la aventura mientras presenta un telón de fondo original e inteligente con total sencillez no es ni mucho menos algo sencillo, ni trivial. El cómic que nos ocupa lo consigue largamente, hasta tal punto que, a mi parecer, es el paradigma de la historieta divertida que no envejece con el tiempo, o que si lo hace, es como los buenos vinos: para mejor.
Desde el principio tenemos una trama implacable que, bebiendo de las fuentes clásicas, mantiene la tensión en todo momento con un ritmo ágil y trepidante. Empezando por la exposición del problema por parte del misterioso vecino tuerto -un personaje mítico dónde los haya-, y siguiendo por la frenética persecución que acapara las sesenta y cuatro página del cómic, “La caja de Pandora” no pierde el interés del lector ni por una viñeta.
Parte del misterio se debe al inteligente trasfondo: las deidades de distintos panteones (el griego, el hindú, el azteca y el egipcio) se disputan un objeto de terrible poder, la famosa Caja de Pandora, escondido en Barcelona durante la guerra civil. Sin duda, una de las leyendas griegas más sugerentes que adopta una nueva dimensión bajo el ingenio desbordante y desinhibido de Jan, aproximando el mito a lectores de todas épocas y bagajes.
También de los clásicos bebe el autor al crear la trama de misterio que, en realidad, es la sombra que planea sobre todo el cómic. ¿Qué hay dentro de la caja? Parece sencillo como planteamiento -sobre todo teniendo en cuenta que es el del mito original-, pero menos fácil es conseguir transmitirlo con viñetas y en clave de humor sin perder por ello la fuerza narrativa de las grandes aventuras, ni la tensión -hay que reconocerlo, por vergüenza que dé- que uno siente leyendo el cómic.
Porque eso es también “La caja de Pandora”: aventura por los cuatro costados. Gracias a las coloristas criaturas y dioses creadas por el virtuoso lápiz de Jan, uno puede pasarse horas fascinado, inmerso en sus páginas, deseando saber más sobre las disputas entre los distintos seres, cada uno con sus motivaciones, para recuperar la terrible caja.
Desde mi punto de vista, este cómic reúne las grandes cualidades de Jan como autor: su habilidad para ser detallista sin sobrecargar las páginas, para dar un trasfondo sugerente a sus historias sin que lastren la acción, su formidable sentido del ritmo y del movimiento que transmiten toda la acción y la emoción de sus historias -por descabelladas que sean-, y una cultura amplia pero de a pie, de ésas que hacen pensar en los profesores capaces de transmitir a cualquier alumno, o de los amigos que saben contar buenas anécdotas. Desde luego, con “La caja de Pandora” uno puede sumergirse en los mitos clásicos sin temor al aburrimiento o a la confusión.
Son buenos motivos, creo yo, para descubrir o redescubrir este cómic. Además, por el mismo precio, hacemos un viaje a nuestra propia cultura de la mano de uno de nuestros mayores historietistas.
Autor
Jan es el seudónimo de Juan López Fernández, dibujante y guionista de Superlópez. Nació en Toral de los Vados, pueblo de la región de El Bierzo (León) el 13 de Marzo de 1939 y creció en Barcelona. En 1956 empezó a trabajar en los Estudios Macián de animación y en 1959 viajó a Cuba, donde trabajó como animador en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) a la par que publicaba en varias revistas.
A su vuelta tras diez años fuera de España, comenzó a trabajar en diversas publicaciones de la editorial Bruguera. En 1973 dibujó a Superlópez por primera vez para la editorial Euredit. En Mayo de 2002 se le concedió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona que distingue toda una trayectoria profesional, en Octubre de 2005, el premio Ivà al mejor historietista y en Agosto de 2007, el Premio de Honor de Imaginamálaga.