Madrid www.terra.es 13/09/2005
La exposición se organiza en torno a seis apartados, entre los que se encuentran ‘El declive de la civilización tracia: del helenismo a Roma’ y ‘De la guerra de Troya a la invasión persa’.
Homero fue el primero en hablarnos de los tracios, a los que describió como magníficos orfebres y despiadados guerreros, pero la arqueología sólo ha rescatado su memoria en los últimos cincuenta años, con tesoros que, en parte, pueden verse ahora en la muestra ‘Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria’.
Organizada por La Caixa en colaboración con el Ministerio de Cultura de la República de Bulgaria, la exposición, que procede de Barcelona y viajará después a Valencia, podrá visitarse desde mañana, viernes 16, hasta el 8 de enero próximo, en su sala de exposiciones madrileña.
La componen más de 300 piezas de cerámica, herrería, orfebrería e indumentaria de incalculable valor, procedentes de diversos museos búlgaros, entre las que destacan objetos suntuarios y máscaras funerarias, armas y arneses, ricos ajuares y servicios para banquetes en oro, plata y bronce, de uno de los pueblos más olvidados de la antigüedad, con el que se busca familiarizar al público.
Amaban los caballos, vivían en tribus seminómadas que no fundaron ciudades, tomaban la vida como mero tránsito hacia la inmortalidad -no en vano fueron ellos quienes pusieron en circulación el culto de Orfeo y su concepción del alma como dotada de una parte humana y otra divina, inmortal-, y fueron excelentes en la orfebrería, en la que supieron tomar elementos de culturas como la griega o la persa para hacer algo propio, sumamente refinado.
La exposición, de la que son comisarios Albert Costa, historiador de arte, y Gregorio Luri, profesor de Filosofía, ambos de la Universidad de Barcelona, presenta los inicios de esta civilización en los Balcanes, sus contactos con Troya y las colonias griegas, las invasiones persas sufridas y sus costumbres indumentarias y guerreras.
‘Son tan bellas sus armas de oro que encantan a la vista, ya que no parece que hayan sido labradas por mortales, sino forjadas por dioses’, decía ya la Ilíada de este pueblo rico en minas de oro, plata y hierro, del que todo lo hemos sabido por los griegos y los romanos y en torno al cual los expertos ni siquiera se ponen de acuerdo en si tuvo o no una escritura.
Pero los tracios, de origen indoeuropeo y, según Herodoto, los más numerosos de la tierra después de los indios, que se extendieron por lo que hoy es el norte de Grecia, Rumanía y Bulgaria, hasta la desembocadura del Dniéper en Ucrania, alcanzaron su esplendor en los siglos V y IV a.C. y acabaron siendo anexionados por Roma, tuvieron también una gran sensibilidad y legaron a la posteridad tesoros de inusitada belleza.
Después de haber permanecido en el olvido durante siglos, Tracia ha salido de nuevo a la luz a raíz de las excavaciones arqueológicas realizadas desde hace cincuenta años.
Estas han dado como fruto el hallazgo de necrópolis como la de Varna (en 1972, el mismo año de la creación, en Sofía, del Instituto de Tracología) y numerosos tesoros, procedentes de las tumbas en las que, a la muerte de un rey, eran enterrados para servirles a éstos de viático al otro mundo.
Precisamente el reclamo de esta exposición lo componen los tesoros de Letnitsa, Vratsa, Borovo, Rogozen y Panagyurishte, este último formado por nueve piezas con escenas mitológicas grabadas que pesan juntas más de seis kilos y que se cree que pertenecieron al rey Seutes III.
La exposición de la Caixa narra cronológicamente la historia del territorio tracio a través de seis apartados diferentes. Arranca en el denominado ‘Del Neolítico al Bronce’ -con piezas del yacimiento de Varna, del que procede el primer oro trabajado del mundo- y finaliza en ‘El declive de la civilización tracia: del helenismo a Roma’. ‘La Edad del Bronce, ‘De la guerra de Troya a la invasión persa’, ‘El siglo V a.C.’ y ‘El siglo IV a.C.’, son etapas intermedias.
Lugar: Fundación La Caixa
Fecha del 13/septiembre/2005 al 09/enero/2006
Exposición: Tesoros enigmáticos. Los tracios, bárbaros de la antigua Grecia
Localidad: Madrid
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