Madrid | EFE 08/04/2008
«Cómo la democracia ateniense es capaz de enfrentarse a un imperio» es lo que ha querido contar Javier Negrete, uno de los escritores españoles más prestigiosos de fantasía, en el salto que ha dado a la novela histórica con «Salamina», un libro en el que relata «el triunfo del pueblo llano».
Javier Negrete (Madrid, 1964) narra en esta obra, publicada por Espasa, la historia de Temístocles, el líder ateniense que consiguió truncar la voluntad de Jerjes y mantener al Imperio Persa alejado de Grecia, guiando al lector por la carga suicida de los atenienses en Maratón, la batalla de las Termópilas y la definitiva derrota aqueménida en Salamina.
«Yo nunca he sido un gran admirador de Esparta porque es un Estado totalitario», ha confesado durante una entrevista con Efe el autor, quien asegura que sus simpatías «siempre han ido con los atenienses».
Traductor y profesor de Griego en un instituto de Palencia, Negrete se aleja de la visión que se da sobre los persas en la película «300», de Zack Snyder. «Era una civilización admirable de la que sabemos muy poco», ha afirmado el escritor madrileño.
«Fue un imperio -el persa- precursor del romano, por su organización, la tolerancia con las religiones de otros pueblos o el intento de crear una red de comunicaciones como las calzadas», ha apuntado el novelista, ensalzando las virtudes de los enemigos de Atenas.
Negrete ha hecho carrera escribiendo novelas de ciencia ficción y fantasía, como «La espada de fuego», que ya va por su sexta edición, o «Señores del Olimpo», que obtuvo el premio Minotauro 2006. Sin embargo, su trabajo anterior, «Alejandro Magno y las águilas de Roma», una ucronía en la que Alejandro se lanza a la conquista de Roma, se encontraba más cerca de la novela histórica.
«Desde ciertas élites críticas literarias es posible que la fantasía y la ciencia ficción estén minusvaloradas», ha avisado el escritor, que no ha olvidado que «ahora la novela histórica tiene todo el respeto del mundo, pero en el fondo ha sido considerada como literatura de evasión, un subgénero no demasiado respetable».
Sabe que este género «tiene un público más amplio que la fantasía épica», así que espera «llegar a mucha más gente con ‘Salamina'», una obra que quiere enmarcar, con sus próximos trabajos, dentro de «un fresco sobre la ciudad de Atenas» en el que utilizará personajes como Pericles, su amante Aspasia, o el filósofo Sócrates.
Negrete ha reconocido numerosas influencias en su trayectoria, como Alejandro Núñez Alonso, «un gran autor con sagas injustamente olvidadas»; «la desaforada grandeza» de Dan Simmons; el «toque exótico y aventurero» de Jack Vance; y, por supuesto, a Tolkien, a quien ha destacado «como creador de mundos».
Javier Negrete ha reconocido sentirse interesado por ver sus proyectos trasladados al cine, aunque ha evocado una anécdota atribuida a Hemingway en la que el americano advertía que esto destruía a los escritores.
«Si te ofrecen hacer una película sobre tus novelas, acércate a la frontera de California, cruza la mano, coge el cheque y sal corriendo», ha bromeado Negrete con la frase de Hemingway, aunque esto «sólo pasa en Hollywood».