Santa Pola (Alicante) | EFE 17/01/2008
Arqueólogos de la Universidad de Alicante han hallado en el yacimiento ibérico-romano La Picola de Santa Pola una necrópolis del siglo IV y V con cinco cadáveres en su interior.
En las excavaciones, que forman parte de una campaña anual desarrollada entre el Ayuntamiento de Santa Pola y la Universidad de Alicante, los expertos han encontrado dieciséis monedas de Constancio II (siglo IV) que formaban parte del ajuar de los fallecidos, lo que ha permitido datar la fecha en la que fueron enterrados. Asimismo, la dote descubierta junto a los cadáveres contenía platos y dos botellas de vidrio únicas en el mundo.
El co-director de las excavaciones y profesor de Historia Antigua de la Universidad de Alicante, Jaime Molina, ha calificado el hallazgo de las vasijas de vidrio como un «milagro», ya que en el mundo sólo hay documentadas cuatro botellas de este tipo y las dos que se han localizado en Santa Pola «son las únicas que están enteras», pues de las otras dos, encontradas en Alemania, «sólo se conserva la mitad de ellas». Además de los enseres que formaban parte del ajuar, los arqueólogos han averiguado que algunos de los cadáveres fueron enterrados en cajas de madera, dada la posición de uno de los esqueletos y la aparición de clavos dentro de la necrópolis.
Molina ha señalado que uno de los restos hallados pertenecía a un niño y al menos otro a una mujer, mientras que alrededor de los cinco fallecidos había una plataforma que conformaba la base de un monumento funerario, hecho que «hace pensar que todos podrían pertenecer a la misma familia». «Esa hipótesis se comprobará con los análisis de ADN», ha precisado el co-director de las excavaciones, quien ha añadido que los cadáveres están «en un estado de conservación bastante bueno» debido a que hace 1.500 años, cuando se enterraron los restos, «el yacimiento estaba a orillas del mar, por lo que la tierra es muy salina y ha permitido que se mantengan bien».
Los cinco esqueletos encontrados han sido trasladados a los laboratorios de la Universidad de Alicante, donde se analizarán algunas de las muestras encontradas, mientras que otras serán enviadas a Madrid y a Francia para efectuar estudios más precisos.
En el análisis de las muestras que permanezcan en Alicante participarán expertos del Museo del Mar de Santa Pola, así como tres técnicos y tres profesores de la Universidad de Alicante y 30 estudiantes universitarios, quienes realizarán un estudio arqueológico y antropológico de los restos hallados. La directora del Museo del Mar, María José Sánchez, ha apuntado que «en la época romana la muerte tenía una gran importancia cultural», por lo que con el estudio de estos cadáveres «se conocerán aspectos como cuáles eran sus medidas, cómo vivían sus enfermedades o cuál era su alimentación».
Los trabajos de excavaciones en el yacimiento La Picola comenzaron en los años 80, aunque desde hace diez años se lleva a cabo una campaña conjunta entre el Ayuntamiento de Santa Pola y la Universidad de Alicante. Esos trabajos han podido establecer que La Picola fue un fortín ibérico desde los siglos V y IV antes de Cristo y que en la época romana se construyó una factoría de salazones que impulsó los lazos comerciales de Santa Pola por todo el Mediterráneo.
Asimismo, en los últimos años se ha descubierto un gran basurero del siglo V que contenía más de mil piezas, alguna de ellas perfectamente conservadas.