D. Carasusán, R. Villafranca | Ablitas (Navarra) www.diariodenavarra.es 01/07/2011
Además, han encontrado trozos de cerámica de vasos y platos, y pinturas en varias paredes.
Las excavaciones en el yacimiento de la villa romana de Ablitas siguen deparando gratas sorpresas. Las labores arqueológicas en este asentamiento, cuyos primeros restos datan del siglo I, comenzaron el año pasado con el descubrimiento del comedor principal de la vivienda (triclinium). Ahora ha salido a la luz el sistema de calefacción (hipocausto) de una estancia que podría estar dedicada a las termas.
Los autores del descubrimiento han sido los 13 participantes en el curso de arqueología organizado, por segundo año consecutivo, por el Ayuntamiento de Ablitas en colaboración con el Gobierno de Navarra. Las clases están dirigidas por los arqueólogos Juanjo Bienes Calvo y Óscar Sola Torres.
En concreto, el sistema de calefacción de este tipo de villas romanas consistía en la construcción de un horno en el exterior del edificio donde se quemaba paja o leña. El aire caliente producido se conducía a través de canalizaciones construidas bajo el suelo de la residencia, que se sustentaba sobre pilas de ladrillos. El humo y aire caliente salían al exterior por una cámara de aireación a modo de chimenea construida entre el muro maestro del edificio y la pared interior de la estancia, lo que podría incrementar la temperatura en la habitación hasta los 30 grados.
«El hipocausto romano se puede asemejar al actual suelo radiante, ya que se trata de un suelo flotante bajo el cual discurre el sistema que calienta el interior de la habitación», explican los arqueólogos encargados del curso.
En busca del mosaico
Tanto Bienes como Sola se mostraron satisfechos con los descubrimientos realizados hasta la fecha en la villa ablitera. Además del hipocausto, las labores realizadas durante esta campaña han dado como fruto el descubrimiento de trozos de cerámica de vasos y platos.
«Van apareciendo restos interesantes como el estuco y pintura de las paredes. Además, los muros que vamos encontrando de las diversas habitaciones están bien conservados, con alturas que van desde los 30 a los 70 centímetros, lo que nos permitirá en el futuro poner en valor este yacimiento», afirman los arqueólogos, quienes esperan encontrar en próximos sondeos un mosaico que elevaría la categoría de este, de por sí, interesante yacimiento. «Se supone que si el dueño de la villa tenía dinero para construir un sistema de calefacción como el hipocausto, también invertiría algo en decorar alguna estancia con un mosaico», explica Bienes.
La villa romana de Ablitas se encuentra a unos tres kilómetros del casco urbano. Su distribución de espacios y estancias se asemejaría mucho a los actuales cortijos andaluces, con una zona de residencia del dueño, dependencias para el servicio, zona de elaboración y almacenaje de aceite y vino, y establos. Su superficie total podría rondar los 3.000 m2.