Mónica Bernabé | Milán www.elmundo.es 20/05/2015
La muestra 'Serial classic' desnuda el gran malentendido del arte clásico: las piezas que veneramos como originales son casi siempre réplicas de las piezas originales.
La famosa escultura de un atleta que se dispone a lanzar un disco, el 'Discóbolo' que se puede ver en el Museo Vaticano, es un plagio. Y también la bella 'Venus agachada', que se exhibe en el Museo del Louvre, en París. O incluso el esbelto 'Satiro versante', expuesto en el Museo Británico de Londres. Todas las obras son copias del original griego, del que no queda absolutamente nada o simples añicos.
La Fundación Prada inauguró hace dos semanas en Milán una insólita exposición, 'Serial classic', en la que por primera vez se pone en evidencia que muchas esculturas romanas que se conservan en la actualidad y que tanto causan nuestra admiración son sólo imitaciones de la obra original griega de bronce. La muestra se exhibe en la impresionante nueva sede de la Fundación Prada en el sur de Milán: una antigua destilería que se ha rehabilitado como un innovador espacio expositivo con una superficie total 19.000 metros cuadrados, y que con 'Serial classic' abrió sus puertas.
Para demostrar que las esculturas romanas son plagios, en la exposición comisariada por Salvatore Settis y Anna Anguissola, se exhiben las diversas copias de mármol que existen en la actualidad de una misma obra y que se esculpieron a semejanza de la escultura original griega.
Por ejemplo, se exponen hasta seis ejemplares de la 'Venus agachada', la mayoría esculpidos entre el siglo I y II después de Cristo y que en la actualidad se encuentran expuestos en museos tan diversos como el Louvre, el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles o el Museo Nacional Romano en la capital italiana. De la misma manera también se pueden apreciar cuatro copias del 'Satiro versante', que datan todas de final del siglo I d.C. y fueron descubiertas juntas, pero que ahora también están dispersas en diferentes museos.
O aún más singular es el caso del 'Discóbolo'. En la Fundación Prada se puede ver la famosa escultura, ahora patrimonio del Museo Vaticano, pero también fragmentos de otras copias que existieron -un torso, dos cabezas, un brazo, una mano…-, y un ejemplar del siglo I d.C. que se encuentra en el Museo Capitolino de Roma, pero que fue restaurado erróneamente como un guerrero herido, medio encorvado y con un puñal en la mano, en vez de un disco.
"Lo que no hay ninguna duda es el gusto de los romanos por las series", destaca Salvatore Settis, es decir, por esculpir diversas copias en mármol de una misma escultura griega original de bronce. En la exposición se pueden ver hasta una quincena de series de obras conocidas. Y no sólo eso.
A los romanos también les fascinaba pintar con diversos colores las esculturas de mármol para así conferirles mayor apariencia humana. La Fundación Prada también presenta en su sede milanesa una copia del 'Apolo de Kassel', realizada en yeso en 1991 y coloreada como lo habrían hecho los romanos. Parece un maniquí, más que una escultura tradicional romana.
Las obras de mármol que se conservan en la actualidad son de color blanco, no porque no las pintaran, sino simplemente porque su color se ha ido perdiendo a lo largo de los siglos, de la misma manera que las obras originales griegas desparecieron. En la muestra también se pueden ver algunos de los pequeñísimos fragmentos de bronce de esas esculturas originales, que se preservan en el Museo Arqueológico de Olimpia, y datan del siglo V a.C.
Tal vez el colmo del plagio es la 'Cariátide'. La escultura original se encuentra en la Acrópolis de Atenas, pero existen decenas de copias en todo el mundo. Sin ir más lejos, la 'Cariátide' sirve de columna en las sedes del Banco de España, el Instituto Cervantes y el Ministerio de Agricultura en Madrid.
Vaya lugar
El centro que la Fundación Prada inauguró ayer en Milán es tan impresionante que resulta difícil saber qué llamará más la atención, si el espacio en sí o las exposiciones con las que abrió sus puertas. La firma de moda ha rehabilitado una antigua fábrica en el sur de Milán y la ha transformado en un imponente espacio dedicado a la cultura y el arte, en el que combina la arquitectura tradicional de la época industrial con construcciones modernas de vidrio, aluminio y ladrillo. El complejo, diseñado por el arquitecto Rem Koolhaas, se divide en siete espacios destinados a exposiciones permanentes y temporales, así como al cine. La sede de la Fundación Prada se estrenó con un documental en el que Roman Polanski habla de las películas que le inspiraron.
FUENTE: www.elmundo.es/cultura/2015/05/20/555c4046268e3e2a148b4570.html